“Considero prudente no encabezar nuestro tradicional Te Deum por la Patria del 18 de septiembre”, afirma el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, en carta dirigida hoy a la comunidad de su diócesis. Dice que esto es resultado de una profunda reflexión y que “como pastor quiero contribuir a la construcción de un mayor clima de confianza y de convivencia nacional, y espero que esta decisión sea un paso en esa línea, que permita celebrar con mayor armonía una fecha importante para el país”.
“Aunque me duele que sea mi nombre el que concite diferencias y dudas, agrega Ezzati, quiero reiterar ante ustedes mi compromiso con toda víctima de cualquier abuso. Tengo la certeza de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia y cumpliré con mis deberes ciudadanos de aportar todos los antecedentes que contribuyan a llegar a la verdad”. Luego indica que será el Deán de la Catedral, Juan de la Cruz Suárez, quien presidirá la ceremonia el próximo 18 de septiembre. El Deán tiene 76 años, con una larga trayectoria como párroco y ha sido también vicario episcopal.
Celebración histórica
Este año el Te Deum conmemorará los 200 años de la independencia de Chile mismo período en el que se celebra el día 18 de septiembre. Ya en 1811, José Miguel Carrera solicitó a la autoridad eclesiástica de la capital que celebrara una Acción de Gracias para conmemorar el primer aniversario de la Junta Nacional de Gobierno. Así se inicia esta tradición.
En 1971 el arzobispo de Santiago, Cardenal Raúl Silva Henríquez, invitó a obispos y pastores de otras iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia, accediendo a una solicitud del entonces Presidente de la República, Salvador Allende, quien curiosamente era agnóstico. Desde entonces participan representantes de las iglesias Ortodoxa, Luterana, Anglicana, Metodista y Evangélica, entre otras. También adhieren representantes de las comunidades judía y musulmana. Asisten todas las máximas autoridades del país encabezadas por el Presidente de la República.
Ininterrumpida, incluso en medio de difíciles crisis históricas, solo en 1973 la denominación “Acción de Gracias” cambió por “Oración por la Patria”, ya que se efectuó una semana después del golpe militar, y en esa oportunidad el Cardenal Silva Henríquez oró de manera particular por todos los fallecidos y el porvenir del país.
Autoridades no asistirían
Este carácter cívico de la ceremonia resalta las opiniones emitidas en estos días por autoridades tales como la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández, quien anunció que no asistiría si es presidida por Ezzati para solidarizar con las víctimas, debido a la citación al Cardenal a declarar el próximo 21 de agosto como imputado, transformándose así en el primer arzobispo de Santiago que sufre una acusación de esta índole.
Similar posición ha expresado el presidente del partido Renovación Nacional quien calificó como de “máxima gravedad” la situación que afecta a la Iglesia Católica chilena. “En ese contexto, el cardenal Ezzati lamentablemente ya no es un factor de unidad. Y en lo personal espero que él evalúe bien si él es la persona que debe encabezar un acto que por lo demás es ecuménico”, apuntó Mario Desbordes.
El presidente Sebastián Piñera, por su parte, también ha ido subiendo el tono en sus opiniones. Inicialmente señalaba que “duele lo que todos los chilenos estamos conociendo, porque hubo muchas víctimas que nadie las acogió, nadie las escuchó, nadie las protegió y esas víctimas han tenido que sufrir los abusos sexuales en soledad y con falta de apoyo y eso es muy doloroso”. En días recientes explicó: “yo espero que el Papa, que siento que hoy tiene toda la información, tome las decisiones que tiene que tomar”. Según fuentes de gobierno el Jefe de Estado podría tomar la decisión de no asistir a la ceremonia.
Tensión superada con la renuncia de Ezzati a presidir el Te Deum.
Críticas a obispos
Sin embargo, no declina la tensión que vive la jerarquía de la Iglesia chilena por la creciente crítica a su gestión, sostenida por el aumento permanente de denuncias de abuso a sacerdotes, ahora también a religiosas.
Una de las medidas anunciadas en la declaración conclusiva de la reciente plenaria de obispos fue la de volver a publicar la nómina de consagrados con sentencias, civiles o eclesiásticas. Esa nómina indica un total de 43 sacerdotes de las cuales 18 (7 religiosos y 11 diocesanos) tienen sentencias en el ámbito civil por delitos contra menores; y otros 25 (10 religiosos y 15 diocesanos) tienen sentencias ejecutoriadas canónicas.
En la declaración episcopal los obispos de Chile expresan que “queremos reconocer humildemente que hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos. A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos “abusos sexuales, de poder y de autoridad” y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes”.
Juan Carlos Cruz, víctima de Karadima recibido por el Papa Francisco en Roma, manifestó a través de Twitter que “no son ellos los que deben hacerse cargo de solución. Tienen cero credibilidad y están en situación precaria ante la justicia. Otros deben hacerse cargo del problema”.
Juan Carlos Claret, vocero del Movimiento de Laicos de Osorno, ante esa declaración dijo que “ni siquiera en algo tan elemental, incluso exigido por el mismo Papa en su carta, los obispos fueron capaces de ponerse de acuerdo. Entonces surge la pregunta: ¿Por qué nos presentan como la gran novedad, decisiones y compromisos que no aportan a la solución de la crisis de la Iglesia chilena?”, expresó.
Por su parte, Sebastián del Rio, vocero de la Asociación de Sobrevivientes de Abuso Eclesial, comentó que “después de años de haber sido revictimizados una y otra vez por la jerarquía de la Iglesia Católica, nos cuesta un poco entender que ahora salgan con este discurso”. “Nosotros esperamos que se vaya concretando en acciones reales para retomar la confianza en la jerarquía de la iglesia, lo que no es de un día para otro, es un tema largo. Cuando los veamos con acciones concretas les vamos a creer, antes no”, afirmó tras sostener una reunión con la vocera de La Moneda, ministra Cecilia Pérez a quien entregaron una carta dirigida al presidente Piñera.
Para Roberto Sánchez, vocero de los laicos de Santiago, es una muy buena noticia el que Ezzati no presida el Te Deum: “Esto ya se estaba transformando en un problema político. Creo que este signo debió haber sido mucho antes. Estamos ad portas de la asistencia de Ezzati a declarar como inculpado. Vimos el triste espectáculo de los obispos ayer. Esto viene a reafirmar que la crisis de la iglesia pertenece a la jerarquía y la jerarquía aún no se da cuenta de la problemática en la que está”.