“Considero prudente no encabezar nuestro tradicional Te Deum por la Patria el 18 de septiembre”. De esta manera, el cardenal Ricardo Ezzati Andrello renunciaba a presidir el acto eclesial con mayor trascendencia social en Chile a través de una carta que envió el sábado 4 de agosto a su diócesis de Santiago de Chile. En su lugar, el purpurado ha designado al deán de la catedral, Juan de la Cruz Suárez.
Consciente de su imputación hace una semana por presunto encubrimiento de abusos, en la misiva el arzobispo metropolitano reconoce que “mi nombre concita diferencias y dudas”. Sin embargo, a renglón seguido, escribe que “quiero reiterar ante ustedes mi compromiso con toda víctima de cualquier abuso”. “Tengo la certeza de que nunca he encubierto y obstruido a la justicia, y cumpliré con mis deberes ciudadanos de aportar todos los antecedentes que contribuyan a llegar a la verdad”, añade a continuación.
De la misma manera, admite “la profunda crisis que vive nuestra Iglesia, la cual exige de nosotros cambios urgentes, partiendo de una opción concreta y preferencial por los que sufren”. Además, el purpurado dice querer “contribuir a la construcción de un mayor clima de confianza y convivencia nacional, y espero que esta decisión sea un paso en esta línea, que permita celebrar con mayor armonía una fecha importante para el país”.
Tras este anuncio, las víctimas chilenas de abusos en la iglesia han valorado como “una buena noticia” la decisión de Ezzati, mientras que el presidente chileno Sebastián Piñeiro ha afirmado que “el gesto del arzobispo, que si bien es doloroso en lo personal, contribuye a la paz de los espíritus en nuestra Patria”.