Como todos los domingos, hoy 5 de agosto el Papa Francisco ha dirigido el rezo del ángelus en la plaza de san Pedro desde la ventana de su despacho en el Palacio Apostólico. Repasando el Evangelio del día, que recoge unas palabras de Jesús tras la multiplicación de los panes y los peces, el Pontífice ha recordado la necesidad de ir más allá de las cosas materiales, ya que “Jesús vino a traernos algo más, a abrir nuestra existencia a un horizonte más amplio que la satisfacción de las preocupaciones diarias de alimentación, vestimenta, etc”.
Pero muchas veces, como le sucede a Jesús en el Evangelio, no nos atrevemos a dar ese paso e ir más allá, a lo que el propio Jesús nos invita: “No me buscáis porque hayáis visto las señales, sino porque habéis comido hasta hartaros”. Así, Jesús “verdadero Pan de Vida quiere satisfacer no solo los cuerpos sino también las almas, dando el alimento espiritual que puede satisfacer el hambre más profunda“. Y este alimento se encuentra en la Eucaristía, en “su Palabra, su Cuerpo y su Sangre”.
No es “hacer”, es creer
Por otro lado, la multitud pregunta a Jesús “¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?”. El Papa ha explicado que esperan que les responda que deben cumplir la ley, pero esto también es un peligro: “Es una tentación común reducir la religión a la práctica de las leyes, proyectando en nuestra relación con Dios la imagen de la relación entre los sirvientes y su amo: los sirvientes deben realizar las tareas que el maestro ha asignado, para tener su benevolencia”. Sin embargo, la respuesta de Jesús es sorprendente: “La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado”.
Por tanto no es una cuestión de cumplir los mandamientos a rajatabla -algo por supuesto muy importante- sino que hay que ir más allá de eso, hay que tener fe. “Es cuestión de creer y no de hacer”. Así, si tenemos fe y una relación con Dios, “podremos hacer buenas obras que huelan al Evangelio, para el bien y las necesidades de la hermanos”. El Papa ha concluido subrayando que “tenemos que preocuparnos por el pan material, pero es aún más importante cultivar nuestra relación con Jesús, fortalecer nuestra fe en él, que es el pan de vida”.
Tras la oración, el Papa ha recordado a Pablo VI, quien hace 40 años estaba viviendo sus últimos momentos en la tierra. “Lo recordamos con veneración y gratitud, esperando su canonización, el 14 de octubre. Desde el cielo intercede por la Iglesia y por la paz en el mundo”.