La llegada del verano y la oportunidad que tienen muchas personas de tomarse unos días o unas semanas de vacaciones no implica que no haya situaciones que mejorar. Y más en un momento en el que parece que el poder descansar se ha convertido más en un privilegio que en un derecho asumido. Algo de lo que se ha preocupado la Doctrina Social de la Iglesia en el último siglo y medio.
La reflexión judeocristiana sobre el sábado o el domingo como día del descanso semanal y de consagración a Dios han tenido siempre ese trasfondo. José Luis Palacios, de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), subraya en este sentido cómo se ha luchado en muchas ocasiones por legislaciones que protejan la cuestión del descanso semanal. El domingo, para los teólogos, “es el culmen y el símbolo de la revelación cristiana que te permite conectar con Dios y con los hermanos” ya que “sin descanso liberador no tiene sentido el trabajo, ya que se absolutiza y se le da más importancia que a la propia liberación de la persona”, apunta citando las reflexiones de Elio Gasda.
Abusos en los negocios turísticos
Una de la problemática propia de este tiempo es la de las personas empleadas por el sector turístico. Aunque parece que todo el mundo ha asumido que el trabajo debe darse en unas condiciones dignas, sin embargo “en verano se da el contraste de la gente que quiere descansar o se quiere tomar unas vacaciones –quien tiene esa suerte, porque con este sistema es un privilegio– y el respeto a la persona que esta trabajando ”, y es que “según los datos, las estadísticas y las noticias el verano es el reino de la desregulación laboral, todo está permitido, se pueden sumar todas las horas que haga falta con tal de que el negocio salga adelante”.
Además, alerta Palacio, “como ciudadanos no somos lo suficientemente conscientes de que hay otra gente que está trabajando y que no podemos exigir que esté a nuestro capricho: las piscinas, las bares, el hotel o el comedor… abiertos a todas horas como si las personas que están detrás trabajando para nosotros no tuvieran una vida propia”.
También dentro de las familias
Otro fenómeno particular de este periodo vacacional es el de los pequeños negocios familiares o de trabajadores autónomos que intentan aprovechar la temporada para sacar el máximo rendimiento, y que “incluso pueden caer en la autoexplotación y van descuidando otras dimensiones necesarias para el desarrollo personal como puede ser la familia o el descanso”. Para la HOAC es, nuevamente una “absolutización del trabajo: viven para trabajar y no se dan cuenta de que debería ser un medio para desarrollarse, para ganarse la vida con dignidad, para aportar a la sociedad…”
Como señalaba el Dicasterio para el Servicio Humano Integral en su Mensaje de la Jornada Mundial del Turismo, que se celebrará el próximo 27 de septiembre, desde la HOAC también recuerdan el sentido ecológico de las vacaciones. “Debemos procurar que el trabajo y la producción estén en sintonía con las leyes de la naturaleza, con el respeto al medio ambiente, al entorno”, señala Palacio, quien pide “tener un poco de cabeza para no saturar los entornos naturales ni los recursos pensando que nuestro derecho al descanso tiene un límite en el respeto a la casa común, en los límites de la propia Tierra”.