Benidorm es uno de los destinos veraniegos por excelencia de España. Prueba de ello es que multiplica por seis la cantidad de personas que la habitan en esta época, pasando de 60.000 a 400.000 de media, y que es la tercera ciudad de España con más plazas de hotel, tras Madrid y Barcelona. Y todo ello gracias a sus playas y su vida nocturna, chiringuitos, discotecas, restaurantes, parques temáticos… vacaciones al fin y al cabo.
Pero esta llegada masiva de veraneantes no afecta solamente a hoteles y restaurantes, las parroquias también notan algunos cambios. Así lo afirma el padre Juan Antonio, párroco de San Jaime y Santa Ana -que se encuentra al lado de un mirador costero-, quien recuerda que “la gente puede pensar que Benidorm es turismo puro, pero las iglesias también se llenan, hay auténticos ríos de gente que entran en la parroquia, unos a visitar, otros a rezar, otros a la capilla del Santísimo…”.
Acogida y servicio
Eso sí, la pastoral “es de acogida y servicio”. Juan Antonio explica que en invierno hay varias actividades, catequesis, etc., pero no así en verano, ya que el turista lo que busca es sobre todo ir a Misa y confesarse. Por eso las Eucaristías están siempre llenas y sobre todo hay colas inmensas en los confesionarios: “Tenemos suerte -dice Juan Antonio- porque en nuestra parroquia hay dos sacerdotes que hablan inglés y pueden confesar también a los extranjeros”. Y es que hay que recordar que Benidorm es un destino internacional, y la densidad de turistas angloparlantes es especialmente alta, lo que también repercute en la celebración de misas en inglés.
Además, esta parroquia acoge a la Virgen del Sufragio, patrona de la ciudad, a la que hay una gran devoción. Quizá sea por ello que abre cinco días a la semana hasta las 12 de la noche, y el párroco describe admirado “la cantidad de gente que entra hasta que cerramos. Hay un libro de visitas que tenemos que cambiar cada pocos días porque se llena. Pero no vienen solamente a mirar, muchísimos de ellos se paran a rezar un rato”.
Misas llenas y bilingües
Francisco Juan Galiana, párroco de la Iglesia de san Francisco de Asís de Benidorm, tampoco rebaja el ritmo en verano, si bien su templo está ubicado en la zona de la ciudad donde viven más trabajadores que turistas. Pero afirma que el lleno también es total en verano. Lo mismo sucede con una pequeña capilla de adoración perpetua que se abrió hace pocos años en la ciudad y que este sacerdote conoce bien: “En verano hay incluso más gente que en temporadas bajas”. Aunque reconoce que la comparación es difícil, puesto que también acuden muchos fieles que van de turismo en invierno, generalmente de edad más avanzada.
También explica que las misas en distintos idiomas son muy comunes, y que esta pastoral de acogida que se lleva a cabo implica tener las parroquias abiertas a todo: “Teníamos un grupo de turistas alemanes que venían con un sacerdote alemán de vacaciones, y por supuesto le dejábamos una parroquia para que celebraran en su idioma“, relata. “Todo sacerdote, venga de donde venga, tendrá una iglesia a su disposición para celebrar”, insiste el párroco. Incluso aunque las celebraciones sean en español, se reparten hojas parroquiales en distintos idiomas, de forma que los extranjeros entiendan, por lo menos, las lecturas de cada día.
Esta es la forma que tiene Benidorm, conocida por sus playas y reconocida como destino turístico internacional, tde no descuidar la vida espiritual ni siquiera en tiempos de desconexión.