El nuevo brote de ébola en la República Democrática del Congo ha obligado a la Iglesia católica a realizar un comunicado público anunciando que se suspende el rito de intercambiar un signo de paz que conlleve contacto físico en las eucaristías.
El obispo de la diócesis de Beni-Butembo (en Kivu del Norte), Sikuli Paluku Melchizedek, recomendó también la instalación de sumideros o puntos de agua en las diversas puertas de entrada a iglesias y capillas y que las ofrendas se realicen después de la comunión.
El 1 de agosto fue declarado oficial este nuevo brote de ébola en el país africano y según los datos de Ministerio de Salud, se han notificado 49 casos de fiebre hemorrágica en la provincia de Kivu del Norte, de los cuales 22 están confirmados y 27 son probables.
Estos días en Fátima se está celebrando una peregrinación internacional con motivo del aniversario de la cuarta aparición de nuestra señora a los pastores, y cuyo tema de este año se basa en el drama humanitario de los refugiados.
En las declaraciones previas al encuentro, el cardenal portugués Antonio Marto condenó el “robo” y la “explotación” que Occidente ha cometido en África durante años, “las potencias occidentales apoyaron regímenes títeres, que no defendieron los derechos de su gente y les obligaron a partir para no morir de hambre, miseria o víctimas de la guerra. Por eso no podemos callar”.
El cardenal Arlindo Gomes Furtado, obispo de Santiago de Cabo Verde, que preside las celebraciones de la peregrinación señaló que “el problema de la migración es global y debe ser resuelto también de una forma global. Debemos mirar a aquellos que acogen, pero también a aquellos que gobiernan y producen las migraciones forzadas”.
Por otro lado, se han dado a conocer los datos de participación en las celebraciones en el Santuario de Fátima, durante el primer semestre de 2018, que ascienden a un total de 3.741.233 personas, cifra que supera todas las previsiones que tenía la diócesis.
El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, en su homilía del domingo lanzó un mensaje crítico hacia el rechazo a los desplazados: “El mundo carece de vida por el hambre, por la violencia y por las políticas injustas respecto a los migrantes”.
Rodríguez pidió a los hondureños que destierren la aspereza, el maltrato, los insultos y den paso al diálogo, sin olvidar a Dios “en nuestra sociedad es muy fácil pasar ignorando a Dios, sin embargo, sin Dios en el corazón estamos como perdidos, desaparece de nuestro horizonte, nos volvemos inhumanos”.
“La necesidad compulsiva del consumo desenfrenado para ahogar sin éxito la angustia y el sin sentido de muchas vidas, sin Dios no sabemos ni de dónde venimos ni hacia dónde vamos, no encontramos sentido para la vida”, fueron sus palabras pronunciadas en la catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa.