Segovia acoge desde hoy, 16 de agosto, y hasta el día 23, el VII Comité Intercontinental de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (Frater), bajo el lema ‘Levántate y hagamos conjuntamente el camino de la Frater’. Con motivo del encuentro, conversamos con el presidente de este movimiento de Acción Católica especializada en España, Enrique Alarcón García, presente hoy en 38 diócesis y con más de 5.000 miembros.
PREGUNTA.- ¿Qué espera de este VII Comité intercontinental?
RESPUESTA.- El Comité se reúne cada cuatro años con el fin de renovar su equipo responsable así como para tratar temas sustanciales acerca de la organización del movimiento y la espiritualidad fraterna. En esta ocasión, la ponencia central girará en su dimensión misionera bajo el lema ‘Abiertos al mundo, contagiando vida’. Espero una entrañable convivencia compartiendo la variada experiencia de Frater en un universo tan variopinto de culturas y razas, pero con una identidad común: evangelizar el mundo de las personas con enfermedad y discapacidad.
Por otro lado, uno de los compromisos programados de este comité consiste en la elaboración de una carta para el Papa donde le será solicitada una audiencia que esperamos sea atendida. Es conocida por todos la profunda cercanía de Francisco hacia todas aquellas personas que la actual sociedad descarta, así como su sensibilidad hacia las personas enfermas y con discapacidad. En Frater nos sentimos animados con sus palabras llenas de evangelio vivo y nuevo.
P.- ¿Qué tiene que aportar Frater hoy a la construcción de un laicado fuerte en España?
R.- La esencia de Frater consiste en la evangelización, especialmente en el mundo de la enfermedad y la discapacidad. Y ello, desde la experiencia de liberación compartida ya desde la primera intuición que tuvo nuestro fundador, el padre François, en 1942 cuando afirmaba que “el enfermo es el mejor evangelizador del enfermo”. Así, Frater promueve la formación de un laicado consciente y adulto que se compromete con las duras realidades donde el ser humano se enfrenta al dolor y al sufrimiento, para compartir su soledad pero, asimismo, para ser estímulo de lucha esperanzada y liberadora. Frater es un movimiento que cuenta con una substancial trayectoria eclesial y comunitaria en sus 70 años de existencia, además, es reconocida y apreciada por nuestros obispos.
P.- ¿Qué supone el movimiento para tantos cristianos que viven con algún tipo de discapacidad?
R.- En Frater, las personas con discapacidad descubrimos que “nuestras capacidades superan nuestras limitaciones” y que el Señor nos urge a “levantarnos y ser protagonistas de nuestra propia existencia”, sin paternalismos ni dolorismo. En Frater descubrimos que es cierto aquello de que en “en la debilidad encontramos nuestra fuerza y razón de ser y vivir”, descubrimos que es posible sentir y vivir el gozo y la ternura de las Bienaventuranzas. Pero, además, en Frater descubrimos cómo somos llamados a ser testigos de vida renovada ante nuestros hermanos que sufren. En Frater, vivimos la experiencia de la amistad sincera y, por ello, una de nuestras señas de identidad es la alegría manifiesta de nuestras reuniones y encuentros.
P.- ¿Es España un país inclusivo? ¿Qué queda hoy por hacer por las personas que viven esta realidad?
R.- Sí, creo firmemente que España hoy puede considerarse un país inclusivo, sin duda se ha avanzado mucho. Sin embargo, pese a disponer de un amplio bagaje legislativo a favor de la inclusión de las personas con discapacidad y que también firmó en 2008 su adhesión a la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, la aplicación y el compromiso social con los derechos es solamente regular y con muchas carencias. Sobre todo, hay que ponerse al día sobre lo legislado en muchos aspectos, por ejemplo en accesibilidad donde, el 4 de diciembre de 2017, se cumplió el plazo para que todos los entornos bienes y servicios fueran accesibles y, evidentemente, es claro el incumplimiento en un grado muy importante. También en empleo, donde solo 1 de cada 4 personas con discapacidad tiene trabajo.