“Ante tanta oscuridad, hoy también resplandecen algunas estrellas en la vida de nuestra Iglesia. Una de ellas, sin dudas es el padre Alberto Hurtado”, dijo el obispo Jorge Concha, administrador apostólico de Osorno, en su homilía durante la eucaristía de celebración del día de la Solidaridad, en la Catedral San Mateo.
Luego de dar gracias a Dios por el padre Hurtado y lo que él ha significado para la iglesia chilena, recordó hitos de su vida. “Una noche, dijo el obispo, encontró a un enfermo y después, a un grupo de niños bajo un puente del rio Mapocho. Esto no lo dejó tranquilo y aprovechó toda oportunidad para hacer algo por ellos. Apoyado por feligreses y sus amistades, fundó el Hogar de Cristo donde hermanos en situación de calle pudieran tener un alimento caliente que comer, y un dormitorio digno para pasar la noche”. Esta obra social de San Alberto Hurtado, continuó el obispo, creció y llegó a muchos lugares. “También está en nuestra Diócesis de Osorno”, afirmó.
“El padre Hurtado era un apasionado por Cristo, por los pobres, huérfanos y abandonados, siguió explicando Concha. Quiso imitar a Jesús apasionadamente y, como el mismo Señor lo hizo, no pasó de largo frente al enfermo o cuando vio niños y niñas en la calle. No fue indiferente ante el sufrimiento o el dolor de un semejante, porque se preguntó ¿qué haría Cristo en mi lugar? y actuaba consecuentemente con fortaleza y generosidad”, aseguró el administrador apostólico de Osorno.
Luego añadió: “Más aún, quería que nuestra sociedad fuera más justa, más fraterna, más solidaria, más humana. Hoy, el padre Hurtado sigue animando nuestra fe, y nos insta a vivir el Evangelio y a no pasar de largo frente a muchos hermanos que nos necesitan. San Alberto Hurtado nos invita a querer ver el rostro de Cristo, querer ver el rostro de Cristo en las personas que son los amados del Señor, a quienes debemos amar y servir”.
En un templo colmado de participantes, la celebración del Día de la Solidaridad adquirió especial relieve en esta diócesis de Osorno que aún trabaja para superar los tiempos difíciles de división vividos hasta hace pocos meses.
En Santiago, mientras tanto, esa misma mañana se empezaban a reunir cientos de jóvenes en el Parque de Los Reyes para iniciar la tradicional peregrinación hasta el santuario del Padre Hurtado, a unos 10 kilómetros de distancia. Esta es la actividad central en la celebración del Día de la Solidaridad, instaurado por la Conferencia Episcopal de Chile para conmemorar el fallecimiento de Alberto Hurtado, hace 66 años. Esta peregrinación se realiza hace 26 años y durante el recorrido los jóvenes reflexionan, cantan y bailan con contenidos del desafiante legado social y eclesial del santo.
A las 14:00 horas más de 10 mil jóvenes escucharon al obispo auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo: “los jóvenes han llegado masivamente, porque quieren vivir y alegrarse en su fe. Los jóvenes ven en San Alberto Hurtado una figura cristiana que los marca por su servicio y entrega, quien en todas las etapas de su vida quiso vivir de una manera extraordinaria su vida cristiana”, reflexionó.
En las estaciones del recorrido se fueron sumando más jóvenes. Al santuario llegaron unos 20 mil, entre ellos Ignacio Gajardo, de 21 años, animador de Confirmación en la parroquia Santa Teresa del Niño Jesús, quien dijo: “es una gran experiencia personal y grupal para conocer a Cristo y a San Alberto Hurtado. Inculcar la solidaridad en medio de los jóvenes es muy necesario y se nota que en ellos está y que compartan con otros esta realidad”.
En la homilía de la misa celebrada en el santuario, su rector, Jorge Muños, sj, reflexionó sobre san Alberto Hurtado y agregó el significado de esta actividad:
“Hoy nuevamente hemos llenado las calles. Miles hemos caminado, bailado sin cansancio por las calles de Santiago en memoria de San Alberto Hurtado. Es una bella forma de inundar nuestros barrios de ese amor urgente y alegre de quien no descansaba mientras tuviera un dolor que mitigar. De quien insistía en hacer la caridad. De quien desde entonces, nos hace ver la aberrante distancia de dos mundo que hay en nuestro país y conviven sin tocarse”.
Por último, exhortó a los miles de jóvenes a imitar la figura de Cristo: “Ustedes son los que deben alumbrar las tinieblas. Y como les dijo el Papa Francisco en Maipú, ustedes deben ser los protagonistas, especialmente para contagiar a aquellos que se han cansado de esperar. Este es el regalo que nuestro país, nuestra iglesia y nuestros pueblos necesitan de ustedes”, les dijo Jorge Muñoz.