Al iniciar el ciclo escolar 2018-2019, la Dimensión de Pastoral Educativa hizo un llamado a las autoridades a crear nuevas condiciones de diálogo, encuentro y consenso entre todos los actores de la educación
Para la Iglesia católica en México, los tiempos actuales exigen continuar todo esfuerzo positivo que hasta la fecha se haya logrado, así como crear nuevas condiciones de diálogo, encuentro y consenso entre todos los actores de la educación, a fin lograr una “educación verdaderamente humana y creativa”.
Así lo dijo al iniciar el ciclo escolar 2018-2019, el responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa de la Conferencia del Episcopado Mexicano, cardenal Alberto Suárez Inda, al enviar este lunes un mensaje a todos los padres de familia, directivos, maestros y estudiantes, a quienes llamó a afrontar con esfuerzo y generosidad las oportunidades y desafíos que impone el cambio de época que se vive.
El también Arzobispo Emérito de Morelia aseguró que es una exigencia para todos los actores de la educación acompañar, con el máximo cuidado y atención personal a los niños, adolescentes y jóvenes, como primera y más importante tarea. “Ellos son la razón de ser del Sistema Escolar Nacional que conjunta esfuerzos públicos y privados, urbanos y rurales, de educación general y especial, en todos sus niveles y modalidades”.
El cardenal mexicano señaló también que hoy la prioridad es educar para que cada alumno sea capaz de llegar a ser constructor de paz, promotor de un desarrollo humano integral y para que pueda ser una persona plena, integral y feliz. Y es que –dijo– “la corrupción y la inseguridad, que tanto agobian a México, son signos de que muchos no han captado con claridad el sentido de la vida, pues en lugar de abusar, engañar o violentar a otro ser humano, hemos de respetar, amar y ofrecerle condiciones de una vida digna en todo momento”.
Al dirigirse a los maestros y a los directivos de las instituciones educativas, les recordó su misión de tomar en cuenta la realidad concreta de cada uno de los niños y jóvenes de sus escuelas, considerando sus contextos culturales, étnicos, familiares, sociales y económicos. Pero sobre todo, “han de confiar en que la disciplina, ofrecida con afecto y razón, es el medio más efectivo para lograr el aprendizaje y la realización plena de las nuevas generaciones”.
A los padres de familia les recordó que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, lo que implica que no sólo deben llevarlos a la escuela, sino que cada hogar ha de ser un “espacio de transmisión y vivencia de los valores más profundamente humanos, como el respeto, la generosidad, la búsqueda de la verdad y el ejercicio del amor”.
Finalmente, Suárez Inda pidió a los centros de educación católica a ser especialmente generosos, “comprendiendo que los tiempos difíciles nos exigen vivir la fe, esperanza y caridad con mayor radicalidad”.
Este lunes, más de 25 millones de estudiantes de educación básica, así como 1.2 millones de docentes y administrativos de los distintos planteles públicos y privados del país, iniciaron de manera oficial el ciclo escolar 2018-2019 con la implementación del Nuevo Modelo Educativo.