Ayer, lunes 21 de agosto, en el marco de la ‘Operación Sandrina’, la policía detuvo en Málaga a cuatro personas, de nacionalidad española, por posesión y distribución de material pornográfico infantil a través de Internet. Apenas unas horas después, se ha conocido que uno de los detenidos es un sacerdote.
La propia Diócesis de Málaga ha ofrecido su versión de los hechos de un modo claro a través de un comunicado publicado en su página web. En el mismo se especifica que el presbítero pertenece a otra diócesis, encontrándose en Málaga “circunstancialmente por motivos familiares”. “En cuanto tuvo noticia de ello su obispo [no se indica de qué diócesis es titular], y habiendo informado al obispo de Málaga, ordenó inmediatamente la suspensión cautelar del ejercicio de todo ministerio sacerdotal de dicho sacerdote”.
Tal y como recalca la nota diocesana, “el obispo de Málaga, habiendo conocido la suspensión cautelar de este sacerdote en el ejercicio de su ministerio sacerdotal, ha aplicado esta normativa en la propia diócesis malacitana“.
“Quedando a salvo los derechos del investigado y su presunción de inocencia -se profundiza-, el Obispado de Málaga reitera su compromiso con la justicia para que resplandezca la verdad y el rechazo absoluto ante los hechos referidos a la pornografía infantil o a otros que conculcan la dignidad y derechos de los menores, de los adultos vulnerables o de cualquier otra persona”.
En todo caso, la Iglesia local malagueña no duda en pedir “perdón” a las “posibles víctimas” y llama “a todos los fieles a orar por ellas, por sus familias, por la Iglesia, sus ministros y colaboradores, y también por la conversión de quienes cometen tan execrables hechos”.
A falta de conocerse más detalles de la operación policial, que llevaba varias semanas en marcha tras llegar un primer aviso proveniente desde un departamento de control de Estados Unidos, ha trascendido que, en un total de seis registros domiciliarios, se han intervenido a los detenidos hasta 400 vídeos de contenido pedófilo.
Muchas de las imágenes y grabaciones contienen escenas de sexo explícito con menores. La policía continúa investigando el material, pero, en el momento de la detención, varios de los vídeos se estaban compartiendo con otros usuarios a través de distintos dispositivos digitales.