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El congreso paralelo al EMF defiende que el matrimonio gay es de las mayores amenazas a la Iglesia





Paralelamente al Encuentro Mundial de las Familias, Dublín está siendo testigo de otro encuentro llamado ‘Conferencia de Familias Católicas’, organizado por el Instituto Lumen Fidei. La diferencia entre ambos es que, mientras el primero gira en torno a ‘Amoris laetitia’ y está organizado por la Santa Sede, el segundo se centra en la crítica del mismo documento. CRUX ha entrevistado a Anthony Murphy, director del Instituto organizador de este encuentro respaldado por los cardenales críticos a Francisco: “Parece que la Iglesia, y con Iglesia quiero decir los obispos, se avergüenza de anunciar el Evangelio y el mensaje cristiano sobre el matrimonio y la familia” defiende.

Así, afirma que frente a una sociedad occidental que se vuelve contra el plan de Dios para la familia, “en lugar de contraatacar con autenticidad, aguan la verdad y propagan un mensaje políticamente correcto”. Considera pues que la Iglesia necesita “voces sin miedo” y en su lugar los obispos “se han convertido en ovejas, y no se atreven a decir lo que piensan por miedo a ser criticados por sus hermanos mitrados”.

A pesar de todo, Murphy insiste en que “no estamos aquí para dividir, sino para proclamar la Verdad de Cristo”. Critica eso sí el EMF porque “ni el matrimonio gay ni el aborto en Irlanda están en la agenda del evento. En lugar de eso tenemos un sacerdote que viene de América no para tender puentes, sino para crear confusión”, afirma refiriéndose a James Martin. Defiende asimismo que el jesuita “es un hombre muy inteligente, pero lo que dice es muy ambiguo, crea confusión en un momento en que los laicos no necesitan estos juegos de política sino enseñanzas claras para dar un mensaje contra-cultural al mundo”, y haberle invitado es un “signo de corrupción en la Iglesia”. Finalmente defienden que el empuje por el matrimonio entre personas del mismo sexo es la mayor amenaza que hay contra la Iglesia hoy en día.

El COMIRR denuncia las agresiones contra refugiados

Mientras Venezuela intenta arreglar la hiperinflación, la tensión en el vecino estado brasileño de Roraima no hace más que crecer junto con la cantidad de refugiados venezolanos que huyen de su tierra natal en busca de una vida mejor. Por ello el Comité para las Migraciones de Roraima (COMIRR), formado por hasta 45 organizaciones incluyendo el Servicio Jesuita a Migrantes o las Monjas Escalabrianas, ha publicado un documento en el que denuncian los ataques a inmigrantes.

El sábado 18 de agosto, en respuesta al robo y asalto contra un comerciante local, la población de Pacaraima atacó con palos y piedras a un grupo de refugiados y prendió fuego a dos campamentos, aunque estas personas no estaban implicadas en ningún robo”, explica el documento recogido por FIDES. El COMIRR culpa a las autoridades del país de “sembrar la discriminación e invocar medidas populistas e inconstitucionales”, en referencia al cierre de las fronteras. 

“Estos ataques -prosigue el texto- aparte de ser un crimen provocan su regreso forzado al país del que han huido por violaciones graves y generalizadas de los derechos humanos”. Por todo ello el COMIRR hace un llamamiento a la protección e integración de los inmigrantes, diciendo “basta al odio y sí a la acogida”.

Las minorías de Pakistán, optimistas con el nuevo gobierno

El pasado 18 de agosto, Imrad Khan juraba su cargo de primer ministro de la República Islámica de Pakistán con un discurso en el que evidenciaba los numerosos problemas del país: entre otros la exagerada tasa de desnutrición infantil, de un 45% , y el número de niños sin escolarizar, 2,5 millones, además de los 60 millones de pakistaníes que viven por debajo del umbral de la pobreza. Por ello, concluía el discurso preguntándose: “¿cómo puedo disfrutar un estilo de vida de lujo? Es el momento de adoptar la simplicidad y reducir los gastos superfluos”.

Algo que -aunque siempre a la prudente espera de los hechos- los cristianos del país ven con buenos ojos. Así lo ha expresado el obispo de Hyderabad, Samson Shukardin, quien afirma a FIDES que “la intención es buena. Espero que los miembros de su partido político le sigan por el bien del pueblo y de la nación”. Shukardin también ha estado particularmente atento al discurso de Imrad Khan sobre minorías, y declara que espera que “en los años de su gobierno, las minorías religiosas pueden disfrutar de respeto, justicia e igualdad”, como ha anunciado.

Sin embargo, el activista cristiano Simon Gill, que comparte esta opinión, apunta que “ha sido impactante ver que no hay ni un solo miembro de las minorías religiosas en el Gobierno”, así como que no se haya formado una cartera ministerial como durante otros gobiernos para atender este asunto, fuente constante de preocupación en el país. También el sacerdote Mario Rodrigues de Karachi, escéptico con el nuevo premier, se muestra optimista tras su discurso: “En su elección de renunciar al lujo personal, veo una cierta consonancia entre Imran Khan y el papa Francisco. Esperamos que respete las promesas de mejorar la vida de los pobres y marginados, y hacer del nuevo Pakistán una nación donde todos gocen de igualdad y justicia“.

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