Los más de 50 obispos de Irlanda e Irlanda del Norte estaban expectantes por escuchar lo que el papa Francisco tenía que decirles. Aunque se habían visto con él en Roma durante la visita ‘ad limina’ de enero del año pasado, había interés por conocer el mensaje que les daba hoy en Dublín como acto final de una visita que ha estado marcada por la crisis de los abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos. Los prelados de la isla conocen bien esta lacra porque fue en Irlanda donde primero estalló en 2009. Desde entonces, han tratado de llevar a la práctica la doctrina de ‘tolerancia cero’ propugnada primero por Benedicto XVI y luego por Francisco.
En el mensaje que les dejó, el Papa reconoció esos esfuerzos. “En los últimos años, como cuerpo episcopal, habéis procedido resueltamente, no solo a poner en marcha caminos de purificación y reconciliación con las víctimas de abusos, sino también, con la ayuda del National Board para la protección de los niños en la Iglesia en Irlanda, a establecer un conjunto detallado de reglas destinadas a garantizar la seguridad de los jóvenes”, dijo. Destacó que la “honestidad” e “integridad” con las que la Iglesia irlandesa ha reaccionado a este problema constituyen “un ejemplo”.
Lo sucedido estos últimos años ha supuesto para la comunidad eclesiástica local una auténtica “conmoción” que ha puesto a prueba la fe “tradicionalmente fuerte de los irlandeses”. Pese a ello, celebró el Pontífice argentino, también ha constituido “una oportunidad para una renovación interior de la Iglesia” en Irlanda y ha indicado al mismo tiempo “modos nuevos de concebir su vida y su misión”. Deseó que emprendan “caminos nuevos para estos tiempos nuevos”.
En el encuentro entre Jorge Mario Bergoglio y los miembros de la Conferencia Episcopal Irlandesa (CEI), celebrado en el convento de las Dominicas de Dublín, el Papa quiso “alentar” los esfuerzos de los prelados en “estos momentos de desafío” por el escándalo de los abusos. Les dio las gracias por la atención que brindan a “los pobres, los excluidos y los necesitados” y también por apoyar a sus sacerdotes, “cuya pena y desánimo causados por los recientes escándalos son a menudo ignorados”.
Finalmente, Francisco hizo un llamamiento para que no descuiden la formación, que requiere “maestros fieles y alegres, capaces de formar no solo las mentes sino también los corazones”. En esta tarea los laicos comprometidos están llamados a tener un papel protagonista para llevar “la sabiduría y los valores de su fe como parte de su compromiso con los diferentes sectores de la vida social, política y cultural del país”.
El encuentro comenzó con un breve saludo del presidente de la CEI, Eamon Martin, arzobispo de Armagh, que le dio las gracias a Bergoglio por la visita a la isla y le garantizó las oraciones de los prelados irlandeses.