El objetivo es tener niños mejor formados y “atajar” a los sacerdotes que hacen negocio con la preparación e impartición de los sacramentos
Las 13 Iglesias particulares del Valle de México, concentradas en dos provincias: México y Tlalnepantla, homologarán sus procesos de catequesis para la recibir la Primera Comunión y la Confirmación, lo cual se verá reflejado en niños mejor preparados “para la Iglesia y para el mundo”.
Todas las diócesis vieron la necesidad de trabajar con los mismos procesos, pues esto no solo ayudará a tener católicos mejor instruidos, sino que de esta manera también se evitarán los abusos que algunos sacerdotes cometen al ofrecer facilidades para recibir los sacramentos, con tal de hacer negocio.
En una entrevista publicada por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, el sacerdote Eduardo Mercado, director de la Comisión diocesana de Catequesis, explicó que tanto en la Provincia de Tlalnepantla (Cuautitlán, Ecatepec, Izcalli, Nezahualcóyotl, Texcoco, Valle de Chalco, Teotihuacán y Tlalnepantla) como en la de México (Atlacomulco, Cuernavaca, Toluca, Tenancingo y México) se pretende que la edad para recibir la Primera Comunión sea a los 9 años cumplidos, la Confirmación a los 12, y la catequesis “escolarizada”, es decir, a la par de la educación primaria.
“Si a la educación primaria se le dedican seis años, lo ideal es que también se le dedique por lo menos ese mismo tiempo a la formación en la fe. De esta manera, después del tercer año los niños estarían haciendo la Primera Comunión, y después del sexto, la Confirmación”, explicó el sacerdote.
Considera que lo ideal es que terminando la Primera Comunión se inicie inmediatamente la preparación para llegar a la Confirmación. “Si los niños siguen todo el proceso –que duraría aproximadamente cinco o seis años– recibirían en ese tiempo los dos sacramentos, de acuerdo con la edad que ha dispuesto el señor arzobispo”. El padre Mercado insiste en el término “ideal”, pues es consciente de que este proceso llevará tiempo.
La justificación del cardenal Carlos Aguiar Retes es clara: si para enfrentar el mundo se necesitan varios años de preparación, la fe no puede menospreciarse y verse como algo más pobre o más pequeño, sino que se le debe dedicar más tiempo; se requiere una mejor formación que nos comprometa con la Iglesia, pero también con el mundo.
El padre Mercado aclara que el decreto para la Arquidiócesis de México habla de la catequesis escolarizada, pero utiliza la expresión “dentro de lo posible”, seguramente con la consciencia de que no todas las comunidades cuentan con los elementos para llevarla a cabo en este momento, empezando por el número de catequistas.
Por otro lado, el decreto firmado para la Arquidiócesis no es enfático en cuanto a los años previos de preparación para uno u otro sacramento, principalmente porque los subsidios en este momento sólo son cuatro, aunque muy pronto saldrá un quinto y más adelante un sexto; “así que considero que todavía llevaremos un tiempo para poder implementar la idea de escolarizar la catequesis de niños”.
Dijo que si bien en la Arquidiócesis de México no se hablaba de una catequesis escolarizada, sino de un ‘Proceso de iniciación a la vida cristiana con niños’, esta se puede ajustar muy bien al esquema que se propone ahora cubriendo la etapa del kerigma, la catequética y la mistagógica.
Tras señalar que el beneficio que tendrán las diócesis del Valle de México con una catequesis escolarizada se reflejará en niños mejor formados en la fe, el responsable diocesano de Catequesis aseguró que, más que una imposición, el cardenal Carlos Aguiar desea que en la Arquidiócesis de México, tanto sacerdotes como padres de familia, sean conscientes de que es muy importante darle a los niños la mejor preparación posible.
Además –dijo– con esta medida también se busca atajar a aquellos sacerdotes que han abusado, preparando a las personas en menos tiempo, afectando incluso a otras parroquias, decanatos o diócesis. “Se ha dado el caso de parroquias que reciben camiones de niños que llegan de otras diócesis del Estado de México, y que son preparados por los llamados ‘catequistas piratas’. Por desgracia, algunos sacerdotes se llegan a prestar a ello, lo cual está muy mal”. De ahí la idea de que en todo el Valle de México sean iguales los procesos, para que no haya abusos, ni de aquí ni de allá”, concluyó el padre Eduardo Mercado.