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El Servicio Jesuita al Refugiado atendió a 640.000 personas en 2017

  • La organización jesuita reivindica que “la vida no puede convertirse en una espera indefinida”
  • La mitad de los desplazados el pasado año fueron niños





El director internacional del Servicio Jesuita al Refugiado (SJR),Thomas H. Smolich Sj, señala en el Informe Anual 2017 que “no ha sido un año fácil para las personas desplazadas a la fuerza” y ha añadido el dato de que “los tres países que produjeron el mayor número de refugiados en el mundo fueron Siria, Afganistán y Sudán del Sur. Mientras que los tres con mayor número de desplazados internos fueron Colombia, Siria y la República Democrática del Congo”.

El SJR en cifras

El SJR lleva 38 años trabajando al servicio de los refugiados y, actualmente, está presente en 52 países. En 2017 atendieron a casi 640.000 personas repartidas entre campos de refugiados, entornos urbanos, en conflicto o centros de detención. La mitad de las personas desplazadas el año pasado fueron niños. El 68% de los refugiados del mundo proceden de 5 países (Siria, 6,3 millones; Afganistán, 2,6 millones; Sur Sudán, 2,4 millones; Myanmar, 1,2 millones; Somalia, 900 mil).

Desde la ONG jesuita muestran su “preocupación por las fronteras que se cerraron a los desplazados en 2017, por la disminución de lugares de reasentamiento y el aumento de movimientos políticos que culpan a los refugiados y migrantes por los males de sus sociedades”.

Atención en el desplazamiento

Los 150 proyectos que tiene el Servicio Jesuita al Refugiado a lo largo del mundo atienden a las personas desplazadas ofreciéndoles ayudas para que la vida en los campos de refugiados sea lo más normal posible: “La vida no puede convertirse en una espera indefinida. Los niños y los adultos tienen derecho a una educación de calidad. La educación proporciona estabilidad y una sensación de normalidad y engendra esperanza”. 184.403 refugiados se beneficiaron de los programas educativos el pasado año.

Otro pilar sobre el que se asienta el trabajo del SJR es la autosuficiencia. “La oportunidad de trabajar, ganar dinero y ser autosuficiente es una de las formas más efectivas en la que los refugiados pueden reconstruir sus vidas”, sostienen. En 2017, 20.854 personas se beneficiaron de estas ayudas en las que el SJR “facilita a los refugiados el acceso al mercado laboral y a la tierra, a través de cursos de capacitación y apoyando la creación de pequeñas empresas”.

Apoyo psicosocial

Además, advierte que el desplazamiento forzado produce el desgarro en familias y situaciones de estrés social, incrementado por los peligros a los que afrontan en los viajes y la hostilidad a la que se enfrentan.

“Los programas psicosociales crean iniciativas que promueven la curación y resiliencia. El SJR reconoce la importancia de la fe religiosa en la vida de personas que experimentan violencia, desplazamiento y marginación. Cuando llega el momento les proporcionan actividades de cuidado pastoral”.

Siria

La organización creada por Pedro Arrupe comenzó a trabajar en Siria en 2008 y en 2011 estalló la guerra civil que se extiende hasta la actualidad y que registra las dramáticas cifras que ascienden hasta 400.000 muertos y 6,3 millones de desplazados.

A lo largo de 2017, el SJR proporcionó diariamente 11.000 comidas en el centro de Alepo, más de 10.000 cestas de alimento familiar y servicios médicos y farmaceúticos.

Nuevos retos

“En 2018, comenzamos a trabajar con los niños Rohingya en Bangladesh, y abriremos un proyecto educativo en Nigeria en respuesta a la crisis de Boko Haram. La reconciliación, que es una prioridad del papa Francisco y la Compañía de Jesús, se unirá a la educación y a la capacitación en laboral como prioridades ofrecidas por nuestro servicio”, señaló Smolich.

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