Más allá de Segovia, tan solo en Caravaca de la Cruz coincidieron santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz con nuevas fundaciones en su peregrinar hacia la reforma del Carmelo. La santa abulense estableció en la ciudad murciana su fundación número doce en 1576 –el monasterio y la nueva iglesia de san José– y san Juan de la Cruz hizo lo propio poco después, en 1587, al establecer el convento de Nuestra Señora del Carmen.
La Caravaca del siglo XVI era “una ciudad con un patrimonio simbólico inmenso materializado en la Vera Cruz”, como afirma Nacho Ruiz, comisario de Místicos. Santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, luz en el Siglo de Oro, la gran exposición que abrirá sus puertas el día 28 de septiembre en la antigua iglesia de la Compañía de Jesús. La Caravaca del siglo XXI se reivindica ahora, además, como uno de los grandes ejes de la mística española. “Creemos que el momento es óptimo, porque siempre pensamos que había que reivindicar este relato, que es uno de los grandes relatos históricos del viejo Reino de Murcia –añade–. Pero, más allá de Caravaca de la Cruz, más allá del Reino de Murcia, es también un relato universal”.
El vínculo –y la coincidencia– de santa Teresa y san Juan de la Cruz en Caravaca es un extraordinario punto de partida que Nacho Ruiz y T20 Proyectos proponen para, “a partir de ahí, hacer una reflexión sobre la mística desde el siglo XVI al siglo XXI”, en palabras del comisario. “Llevamos ya prácticamente dos años trabajando en este proyecto, que ha requerido mucho estudio –prosigue–. Cuando comenzamos, analizamos todas las exposiciones que se habían hecho sobre santa Teresa, san Juan de la Cruz o la mística. Porque queríamos hacer algo nuevo. Es una exposición que nunca se ha hecho. Creo que incorporamos un relato novedoso y que, visualmente, aportará muchas cosas. Vamos a intentar que sea inigualable”.
El despliegue de pintores y escultores sobresalientes es tan pródigo como llamativo: El Greco, Alonso Cano, Ribera, Murillo, ‘El Divino’ Morales, Juan de Juanes, Gregorio Fernández, Pedro de Mena o Salzillo. Pero también con nombres fundamentales de las vanguardias del siglo XX, como Saura, Chillida, Tàpies, Lucio Muñoz…
También son, inevitablemente, místicos. “Tàpies siempre se consideró un lector voraz de san Juan de la Cruz, pero Chillida está muy fuertemente influenciado por la mística, que le llevó, por ejemplo, a dedicarle toda una serie de grabados a san Juan. En un momento en el que el arte contemporáneo era entendido con una carga de peligrosidad ideológica manifiesta, la más brillante generación de artistas de la contemporaneidad española encuentra lazos intelectuales e, incluso emocionales, y reivindica al fraile del siglo XVI”, describe Nacho Ruiz. “El relato continúa hasta hoy –explica el comisario–, cuando sigue habiendo artistas que leen a san Juan, como Nico Munuera. El altar lo vamos a cubrir con una gran pintura, de casi veinte metros por ocho, de Santiago Ibáñez, que es un inmenso San Juan de la Cruz. Así, la exposición comienza en El Greco y acaba el día de la inauguración, que será cuando Santiago Ibáñez acabe de pintar su cuadro”.