Uno de los últimos apoyos que ha recibido Francisco tras la petición de renuncia de Carlo Maria Viganò acusando al pontífice de encubrir algunos de los abusos cometidos por el cardenal Theodore McCarrick, ha sido el jesuita Federico Lombardi. Lo ha hecho tras emitir un comunicado sobre los detalles que el testimonio de Viganò ofrecía sobre el caso de la funcionaria Kim Davis. El que fuera portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha concedido una entrevista al informativo de la tarde de Tv2000, la cadena de la Conferencia Episcopal Italiana.
Lombardi ha señalado, tras la homilía de la mañana en la Casa Santa Marta, que el papa Francisco “ha elegido la paciencia y la humildad” y que “ no se ha dejado involucrar en una terrible espiral de disputas”.
Para el jesuita nos encontramos en “una ola de acusaciones extremadamente agresivas en las que se mezclan algunos elementos de verdad con muchos elementos de falsedad que confunden y, por encima de todo, tienden a crear una situación de división en la Iglesia”.
Y es que para Lombardi, si Francisco hubiese dado otro tipo de respuesta más directa al exnuncio se habría “involucrado en una terrible espiral de conflictos y contradicciones violentas” que podrían ser el inicio de “nuevas divisiones y un profundo malestar en la Iglesia”. Con esta actitud el Papa ha adoptado “la paciencia y la humildad” de Jesús, asegura.
“Nunca nos puede sorprender que en la vida de la Iglesia haya dificultades y momentos de tensión que den lugar a confusión y acusaciones. Estos momentos siempre han existido en la historia de la Iglesia y continuarán existiendo en el futuro”, añadió. Para Lombardi, la Iglesia “no es un Paraíso en la Tierra”, pero “este ejemplo de paciencia y moderación del Papa con este tiempo de silencio, creo que es un buen camino”, concluyó.