El cardenal Farrel se defiende: “Nunca supe de comportamientos inapropiados de McCarrick”

El cardenal Kevin Farrell

Kevin Farrell, prefecto del dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, ha sido entrevistado por Vatican Insider tras la acusación que realizó el exnuncio Carlo Maria Viganò al Papa sobre el supuesto desconocimiento de los abusos cometidos por los sacerdotes estadounidenses y el cardenal McCarricK, de quien fue vicario general en Washington.

“No conocí al arzobispo Viganò en Washington y recuerdo que nunca hubo ninguna queja sobre McCarrick durante los años de su episcopado y gozaba de buena reputación entre los demás obispos”, ha señalado Farrel.

El cardenal irlandés vivió 4 años con McCarrick, en las estancias del arzobispado de Washington, “durante el periodo en el que viví en la residencia nunca vi que McCarrick se comportara inadecuadamente. No recuerdo haber visto seminaristas en la residencia”.

Como dato curioso, Farrell dijo que “en enero de 2003 le pregunté al obispo Saltarelli, (que fue el vicario para el clero de McCarrick en Newark), qué tal era trabajar con el cardenal, al final, me preguntó si McCarrick había llevado a algunos seminaristas a la playa, pero en ningún momento se refirió a malos comportamientos. No pensé demasiado en ello, porque no teníamos ninguna casa en el mar y la mayor parte de nuestros seminaristas no iba al seminario en Washington. Después de aquella vez, no me acuerdo de ninguna conversación sobre las conductas inapropiadas del cardenal”.

“Una democracia que no escucha al pueblo puede convertirse en autoritarismo”

Eugenio Scarpellini, obispo de El Alto y director nacional de las Obras Misionales Pontificias de Bolivia, se preguntó si la lealtad a los mandamientos del Señor “viene de corazón o es una instrumentalización de la ley de Dios para justificar nuestras malas acciones”.

Sobre la reforma judicial dijo que  “todos los días nos llegan noticias sobre corrupción y la aplicación de la justicia diferente para unos u otros”.

“Una democracia sin respeto, que no escucha a la gente puede conducir al autoritarismo que, de manera autosuficiente, gobierna y legisla con el objetivo de defender su poder y los intereses creados antes que el bien común”, advirtió el obispo.

El patriarca maronita pide al Gobierno de Líbano que “considere la escuela católica de interés público”

En el Líbano, por segundo año consecutivo, las escuelas católicas y todas las instituciones privadas muestran su preocupación por los problemas que ponen en riesgo la continuidad de las mismas. Desde 2005 hasta la actualidad se han cerrado 24 instituciones educativas católicas.

El año pasado se aprobó una ley de 2017 que pone en peligro la sostenibilidad económica de estos centros. La norma establece un nuevo nivel de retribuciones para los trabajadores públicos y los aumentos salariales impuestos por las nuevas reglas del gobierno representan un problema grave para la sostenibilidad financiera de las escuelas privadas libanesas.

Los obispos maronitas han pedido reiteradamente al Gobierno revisar el mecanismo de subidas salariales o hacerse cargo de financiar el aumento del salario de los profesores de las escuelas privadas, pero estas iniciativas no han tenido éxito.

El patriarca maronita, Béchara Raï, en la apertura del Simposio Anual de las Escuelas Católicas del Líbano, criticó “a la clase política que no puede formar un Gobierno y conducir al país a una parálisis casi total, impidiendo el crecimiento económico y las reformas”. E insistió en la necesidad de “proteger a la escuela católica de la influencia ideológica y partidista que amenaza la democracia y la ciudadanía. El Gobierno debe considerar la escuela católica como de interés público y estas deben practicar una política de austeridad y cooperación”.

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