“No hay que olvidar que en la Iglesia católica quien es cardenal tiene la tarea de sostener y acompañar al Santo Padre. Hasta el martirio si fuere necesario; este es el sentido de la púrpura”. Esta afirmación aparece en el reciente libro del cardenal Angelo Scola, ‘Ho scomesso sulla libertà’ (‘He apostado a la libertad’). En la publicación, el cardenal responde a las preguntas de Luigi Geninazzi, periodista de Avvenire, el diario propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
El cardenal emérito de Milán se declara en contra de aperturas sobre los sacramentos a los divorciados que viven en segundas nupcias: “La no admisibilidad de los divorciados, que se han vuelto a casar, en la eucaristía no es un castigo que pueda ser quitado o reducido, sino que forma parte del carácter del matrimonio cristiano que vive sobre el fundamento del don eucarístico de Cristo esposo de la Iglesia esposa”.
El cardenal estadounidense Raymond Burke, uno de los principales críticos del Papa, ha declarado estar “profundamente conmocionado” por las acusaciones de encubrimiento de abuso sexual contra el Pontífice realizadas por el exnuncio Carlo Maria Viganò.
Burke dijo que, tras leer la acusación de 11 páginas que realizó Viganò, Francisco tiene que responder a una serie de preguntas.
Janeth Márquez, directora de Cáritas Venezuela, ha declarado que el 87% de las familias venezolanas son pobres. Y que la malnutrición infantil aguda ha disminuido de 16,2% a 12,2% este año, gracias a los bonos gubernamentales preelectorales y las remesas de inmigrantes.
“En 2014 una persona con su salario mínimo podría comprar cuatro cajas de huevos, en 2018 ni siquiera puede pagar un cartón de huevos. Venezuela está pasando por la peor crisis de su historia reciente: pobreza extrema, aumento de la violencia e inseguridad”, son los datos que aporta Cáritas del país, única institución que da estimaciones sobre la crisis humanitaria.