“Me gustaría anunciar mi deseo de visitar Japón el próximo año. Esperamos poder hacerlo”. Así se lo ha comunicado el papa Francisco esta misma mañana –12 de septiembre– a los miembros de la asociación japonesa Tensho Kenoh Shisetsu Kenshoukai, con quienes ha mantenido una audiencia a primera hora.
Durante la audiencia, el Papa ha recordado que hace más de 400 años, en 1585, cuatro jóvenes japoneses llegaron a Roma, acompañados por algunos misioneros jesuitas a visitar al Papa, que era entonces Gregorio XIII. “Fue un viaje extraordinario, ya que fue la primera vez que un grupo de representantes de su gran país llegó a Europa. Los cuatro jóvenes recibieron una maravillosa bienvenida, no solo del Papa, sino también de todas las ciudades que cruzaron: Lisboa, Madrid, Florencia, Roma, Venecia, Milán, Génova… Los europeos se encontraron con los japoneses y los japoneses Europa y el corazón de la Iglesia católica. Un encuentro histórico entre dos grandes culturas y tradiciones espirituales, de las cuales es correcto preservar la memoria, como lo hace su asociación”, ha explicado.
Recuerdo a los mártires de Nagasaki
“El viaje de los jóvenes predecesores duró más de ocho años; no había aviones en ese momento. El suyo es más corto y menos agotador. Pero espero que se sientan bienvenidos por el Papa como lo fueron ellos y que, como ellos, disfruten de la alegría de esta reunión y se sientan alentados a regresar a su país como embajadores de la amistad y promotores de grandes valores humanos y cristianos”. Asimismo, Jorge Mario Bergoglio ha querido recordar a dos de los cuatro jóvenes: “Mancio Ito, que se convirtió en sacerdote, y Julian Nakaura, que al igual que muchos otros sufrieron la tortura de la famosa colina de los mártires de Nagasaki y fue beatificado”.
La asociación, dedicada a proyectos culturales y solidarios, mantiene ahora sus esfuerzos en establecer un fondo de ayuda para la formación de jóvenes y huérfanos, gracias a la contribución de distintas empresas. Según el Papa, estos proyectos demuestran que “la religión, la cultura y el mundo económico pueden trabajar juntos en paz para crear un mundo más humano, caracterizado por una ecología integral. Esto está totalmente de acuerdo con lo que también deseo para la humanidad hoy y mañana, como escribí en la encíclica ‘Laudato si””, porque “es el camino correcto para el futuro de nuestro hogar común”.
Antes de despedirse, Francisco les ha anunciado la intención de su visita para el próximo año y les ha dicho que trasladen “la amistad del Papa de Roma y la estima de toda la Iglesia católica a su gran país”.