“¿Qué es la verdadera libertad?”. El papa Francisco ha lanzado esta pregunta durante la audiencia general que ha celebrado hoy, 12 de septiembre, en la plaza de San Pedro del Vaticano ante miles de fieles. “¿Consiste tal vez en la posibilidad de elegir? Ciertamente esta es una parte de la libertad”, comentó, para destacar a continuación que “poder hacer lo que se desea” no es suficiente para sentirse libres y felices: “La verdadera libertad es mucho más”.
La catequesis de hoy del Pontífice siguió con el ciclo dedicado a los mandamientos y estuvo centrada en el tercero, en el que se pide observar el día de reposo. Antes de invitar a los fieles a que reflexionaran sobre el significado de la auténtica libertad, advirtió sobre los diferentes tipos de esclavitud, tanto exteriores como interiores.
Las primeras son fruto de “opresiones, violencias e injusticias”, mientras que entre las segundas citó “los tormentos, los complejos o los obstáculos psicológicos”. Frente a estas esclavitudes, el Papa aplaudió a quienes viven una gran “libertad de ánimo” pese a estar encarcelados, poniendo como ejemplos al franciscano polaco san Massimiliano Kolbe y al cardenal vietnamita François-Xavier Nguyen Van Thuan. Ellos transformaron en “lugares de luz” las “oscuras opresiones” que sufrieron.
Por encima de todos los tipos de esclavitud hay una que resulta “más fuerte que cualquier otra”, advirtió Jorge Mario Bergoglio. Es la del “propio yo”, en la que el ego se convierte “en un verdugo que tortura constantemente al hombre, procurándole la más profunda de las opresiones que es el “pecado”.
“No hay descanso para quien vive de la gula y de la lujuria; el ansia de poseer destruye al avaro, el fuego de la ira y la carcoma de la envidia corroen las relaciones; y el egocentrismo del soberbio lo aísla y aleja de los demás”, insistió, para subrayar a continuación: “La verdadera esclavitud es la de no saber amar”. Lanzó luego dos nuevas preguntas que él mismo contestó: “¿Quién es entonces el verdadero esclavo? ¿Quién es el que no conoce el descanso? ¡Quien no es capaz de amar!”.
En la parte final de la audiencia, cuando saludó a los peregrinos en distintas lenguas, el Papa realizó una mención especial a los miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, que se encuentran estos días en Roma en visita ‘ad limina’. “Saludo en particular al grupo de sacerdotes venezolanos, acompañados por el cardenal Baltazar Porras”, dijo, agradeciendo además a quienes se dedican a la educación en el país caribeño.