El pasado viernes, la Guardia Civil detenía a un sacerdote y a su hermano, en Carrizo de la Ribera, acusados de supuestos abusos sexuales a un joven de unos 20 años, con discapacidad, de esta localidad leonesa. Aunque no era el párroco del pueblo, sí residía allí y celebraba en varias localidades de Las Omañas.
Los dos adultos fueron puestos en libertad posteriormente con cargos. Así, los investigados no podrán comunicarse con la víctima, se les ha prohibido acercarse a menos de 350 metros del joven y deben comparecer en sede judicial una vez al mes.
Ante este suceso, el obispo de León, Julián López, ha expresado en un comunicado que ha tomado la decisión de eximir al presbítero “de sus obligaciones pastorales por un tiempo prudencial”.
De la misma manera, subraya que también se han puesto en marcha las correspondientes “acciones que dicta el sentido humano y cristiano acerca de la atención personal y espiritual que se debe prestar a las víctimas”.
Dentro del protocolo habitual en estos casos, y sin intervenir en la investigación policial abierta, también ha nombrado a un delegado para que realice “las investigaciones oportunas que deberán contribuir a clarificar los hechos” y tomar las medidas correspondientes.
Además, en el comunicado, el prelado “comparte el profundo dolor que causa esta noticia en todas las personas de buena voluntad, que desgraciadamente se vienen a sumar a otras situaciones semejantes”, si bien pide “reserva sobre el asunto y respetar siempre la presunción de inocencia”.