El Papa recibió en audiencia privada a un grupo de 20 jóvenes de la diócesis de Grenoble-Vienne (Francia), con los que habló sobre los problemas que afligen a la Iglesia, la cercanía a los pobres, las vocaciones, la sexualidad o el compromiso de los cristianos en la sociedad.
Ante las críticas
Los jóvenes hicieron preguntas que Francisco iba respondiendo generando un rico diálogo. Matthieu, de 16 años, dijo que sus amigos de la escuela secundaria le hacen preguntas sobre los acontecimientos actuales en los que se critica fuertemente a la Iglesia, como la homosexualidad o la pedofilia. Y dijo que el trata de responder pero que le resulta muy difícil.
El Papa le respondió que “antes de hablar, escucha. Una vez, un joven estudiante universitario me hizo esta pregunta: ‘Tengo muchos amigos en la universidad que son agnósticos, ¿qué debería decirles para que se vuelvan cristianos?’. Le dije: ‘Lo último que tienes que hacer es decir cosas’. Primero tienes que hacer y él verá cómo manejas la vida”. El Pontífice continuó con la respuesta: “El testimonio antes de la palabra”.
Sexualidad
Una joven de 24 años se dirigió al Papa para preguntarle sobre el amor y la sexualidad, un campo en el que “muchas veces pregunto a personas más mayores y tengo la sensación de no ser escuchada”.
Bergoglio, directo en su respuesta, le dijo: “La sexualidad, el sexo, es un regalo de Dios. No hay tabúes y tiene dos propósitos: amarse y generar vida. El verdadero amor es apasionado”. Eso sí, advirtió que la debilidad “cosifica la sexualidad, la separa del amor y la utiliza para la diversión”.
Pobreza
Garbiel presentó la iniciativa de su grupo de ponerse al servicio de los pobres, pero confesó que le resulta “difícil vivir la solidaridad en la Iglesia: necesito estar acompañado y orientado a vivir la caridad de manera concreta”.
El Santo Padre comenzó su respuesta situando a los pobres en el centro del Evangelio: “Si no tienes una pobreza espiritual, no serás un bendito, un buen cristiano. Y cuando digo pobre, digo pobre de todo, por ejemplo: ¿cuántos de tus compañeros usan drogas? Pues ellos son pobres en el Evangelio. Acércate para servirle y levantarle. Cuando tocas la enfermedad de un hombre pobre, estás tocando las heridas de Cristo”.
Párroco
“Santo Padre, ¿qué haría usted si hoy se hiciera cargo de una parroquia?”, le preguntó Noemí, de 17 años.
Francisco respondió: “He sido párroco durante seis años: es el trabajo más hermoso que he hecho. Si hoy fuera nombrado párroco, lo primero que haría sería ir abrir la puerta de la iglesia y sentarme para recibir a la gente. Después iría al vecindario y saludaría a la gente, hay que ser cercano a la gente”.