Suiza ha sido un país en el que el mensaje protestante han calado en la sociedad con un fuerte componente anticatólico en torno a las ciudades de los reformadores locales. Sin embargo, en el transcurso de una celebración en la catedral de Basilea se ha firmado un acuerdo de diálogo miembros de la Comunión de Iglesias protestantes de Europa (CEPE) y del Vaticano. Un acontecimiento que reunió a 650 miembros de las diferentes iglesias evangélicas y que contó con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores suizo, Ignazio Cassis.
La declaración de intenciones fue firmada por el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en nombre de la Iglesia católica y el pastor Gottfried Locher, presidente de CEPE, por las iglesias de la reforma. Este documento supone el inicio oficial y público de un diálogo entre protestantes –la CEPE representa a unos 50 millones de fieles de más de 30 países– y la jerarquía católica.
Los protestantes han valorado de forma muy positiva. Lo consideran un avance conseguido por esta asociación de iglesias que comenzó su andadura hace ahora 45 años, que reúne a un centenar de iglesias –luteranas, reformadas o metodistas– y que se ha reunido en Suiza por primera vez en su historia. Para Locher, la esencia de esta Comunión sigue siendo “la unidad en la diversidad” lo que no excluye que “las iglesias protestantes en Europa necesiten hablar con una voz fuerte y unida, por más justicia y paz”.
Para la Federación de Iglesias Protestantes de Suiza “las preguntas centrales que surgen entre la Iglesia Católica Romana y las iglesias protestantes pueden abordarse a partir del asunto, central y controvertido, de la comunión tomada en conjunto”. Para el representante local en la CEPE, Ignazio Cassis, “este es un paso importante, porque, entre otras cosas, no siempre se ha puesto el énfasis en lo que une, sino más bien en lo que separa”.