Un grupo de víctimas, que afirman haber sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes, han presentado una demanda colectiva contra las ocho diócesis de Pensilvania con el objetivo de obligar a publicar los nombres de los acusados.
Al frente del colectivo está Ryan O’Connor, quien ha dado una rueda de prensa para presentar la demanda y ha confesado ser una de las víctimas de abusos cuando era un niño. En su exposición ha explicado que buscan que los jueces exijan a las diócesis que cumplan con la ley del estado y con ello poder tener acceso a los documentos internos de la Iglesia. Ha destacado también que no están haciendo ninguna demanda por motivos económicos.
Désiré Tsarahazana, cardenal de Madagascar, ha recibido a Vatican Insider. En los primeros compases de la entrevista recuerda cuánto le costó creerse la llamada que le anunciaba su nombramiento como nuevo cardenal, convirtiéndose en el más joven de los purpurados del colegio cardenalicio.
La presencia africana entre los cardenales asciende a 27 de un total de 225, siendo Francisco el que más ha contribuido a su “africanización”. En cinco años ha nombrado a diez cardenales africanos, frente a los 16 que nombraron sus predecesores en 35 años.
“Después de mi nombramiento inesperado, la gente de mi país se ha sentido valorada y ha comprendido que es importante a los ojos de la Iglesia universal. Desde que volví ha habido muchas celebraciones, la gente está verdaderamente contenta, orgullosa, a pesar de la situación tan difícil. El vínculo con el Santo padre se está haciendo cada vez más fuerte”, ha declarado Tsarahazana.
La Conferencia Episcopal de Malawi ha condenado las declaraciones de un miembro del gobierno quien dijo que el presidente del país, Arthur Peter Mutharika, “solo renunciará después de que el papa Francisco deje el cargo, porque el líder de Malawi es más joven”. Ante lo cual los obispos señalaron que “el ataque al Santo Padre es un ataque contra toda la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica”.
En un comunicado público han denunciado también los ataques contra la Iglesia católica y “la persecución de sus miembros para obtener ganancias políticas baratas” e invitan a los malauíes a abstenerse de difundir noticias falsas a través de las redes sociales con las que se “siembra el odio y la confusión, dañando la buena reputación de quienes tienen opiniones políticas diferentes a las suyas”.