La junta constructora de la Sagrada Familia ha presentado dos grandes novedades para el templo barcelonés: un recoleto jardín escondido en lo alto, tras la fachada de la Pasión, que servirá para la reflexión y la plegaria; y el ascensor trasparente que ascenderá 60 metros por el interior de la torre de Jesucristo hasta un mirador situado a 144 metros de altura.
El presidente delegado de la junta constructora, Esteve Camps, y el arquitecto director, Jordi Faulí, han mostrado el gran proyecto de los próximos cuatro años y han anunciado que teniendo ya el 70% del templo construido, mantienen el horizonte para finalizar en el 2026, centenario de la muerte de Gaudí.
Por otro lado, continúa la polémica porque el edificio no tiene ninguna licencia de obras municipal. Ni la Generalitat ni el Ayuntamiento de Barcelona han tomado medida alguna para fiscalizar las obras. Ante lo cual, Camps ha asegurado que espera haber cerrado con el Ayuntamiento el acuerdo de un nuevo plan especial del templo que permita regularizar la licencia de obras, antes de fin de año y así proceder al desalojo de las viviendas que bloquean el proyecto de Gaudí.
“Es normal que tengáis el corazón roto por los escándalos de abusos”
El V Encuentro de líderes hispanos-católicos de Estados Unidos ha comenzado hoy, 21 de septiembre, en Fort Worth (Texas). El obispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, ha recibido a los asistentes con palabras de aliento: “En Estados Unidos, Jesús nos necesita más que nunca para ser piedras vivas en la Iglesia”.
“La Iglesia ha recibido malas noticias últimamente debido a que sus pastores, sacerdotes y obispos han roto vuestros corazones, hermanos y hermanas laicos. Y tenéis razón de tener el corazón roto por los escándalos de abusos sexuales”, señaló el obispo mejicano-estadounidense.
El discurso ha continuado pidiendo por las víctimas y ha insistido en que la Iglesia no puede quedarse callada, “no tengamos miedo, la Iglesia nos necesita hoy, somos el presente y el futuro. Solo el coraje de los bautizados devolverá la Iglesia a la autoridad moral y al espíritu evangélico”.
Los obispos de Costa Rica, protagonistas en los diálogos entre Gobierno y sindicatos
“Los actos de violencia han generalizado un clima de miedo en la población y han superado la línea de respeto por la vida y la convivencia, incluso quitando la vida a uno de nuestros jóvenes”. Con estas palabras, el obispo de Limón, Javier Gerardo Román Arias, condenó los incidentes violentos derivados de la huelga general de empleados públicos en la que vive sumido el país desde hace 10 días.
Román Arias apeló a creyentes y autoridades: “Estos dolorosos acontecimientos no deben leerse en forma aislada sino como una expresión del descontento social que existe en nuestra provincia debido a la falta de oportunidades”.
La protesta comenzó con pequeñas manifestaciones contra la reducción de beneficios de los funcionarios y la disminución de presupuesto para el servicio público. Pero la reacción de la policía ha sido demasiado fuerte hacia los manifestantes, causando incluso la muerte de un joven de 17 años por una bala disparada por la policía.