Europa

El Papa alerta en Lituania del “rebrote” de ideologías que buscan “aniquilar al otro”

  • Francisco reza en el Ángelus por las víctimas judías del genocidio lituano y para que los jóvenes no se dejen llevar por “cantos de sirena”
  • El Sucesor de Pedro reivindica “la globalización de la solidaridad” basada en “la atención a los excluidos y las minorías”
  • ESPECIAL: Todo sobre el viaje de Francisco a los países bálticos





Ante las más de 100.000 personas que le escuchaban en el principal parque de la ciudad lituana de Kaunas, el Papa Francisco ha alertado del riesgo de que puedan rebrotar ideologías y movimientos que planteen “la posibilidad de aniquilar al otro, de marginar, de seguir descartando a quien nos molesta y amenaza nuestras comodidades”.

El Pontífice hizo este llamamiento en su segunda jornada dentro de su viaje a los países bálticos, tras la eucaristía y durante el rezo del Ángelus, tras reflexionar en voz alta sobre el genocidio lituano, cuando se cumplen los 75 años de la destrucción del llamado “Gueto de Vilna”, donde perecieron más de 55.000 judíos a manos de los nazis. “Así culminaba el aniquilamiento de miles de hebreos que ya había comenzado dos años antes”, recordó el Papa, que recordó cómo “el pueblo judío pasó por ultrajes y tormentos”.

Represión para doblegar

Jorge Mario Bergoglio se mostró preocupado por aquellos que buscan “someter a los más frágiles, usar la fuerza en cualquiera de sus formas: imponer un modo de pensar, una ideología, un discurso dominante, usar la violencia o represión para doblegar a quienes simplemente, con su hacer cotidiano honesto, sencillo, trabajador y solidario, expresan que es posible otro mundo, otra sociedad”.

“Hagamos memoria de aquellos tiempos, y pidamos al Señor que nos dé el don del discernimiento para detectar a tiempo cualquier rebrote de esa perniciosa actitud, cualquier aire que enrarezca el corazón de las generaciones que no han vivido aquello y que a veces pueden correr tras esos cantos de sirena”, alertó Francisco, que se detuvo en una de esas tentaciones que preceden a estas atrocidades: “El afán de primacía, de sobresalir por encima de los demás, que puede anidar en todo corazón humano”. A partir de ahí, el Sucesor de Pedro se preguntó “cuántas veces ha sucedido que un pueblo se crea superior, con más derechos adquiridos, con más privilegios por preservar o conquistar”.

Jesús como antídoto

Frente a ello, presentó a Jesús como “antídoto” ante ese sentimiento de superioridad en tanto que se hace “el último de todos y el servidor de todos; estar allí donde nadie quiere ir, donde nada llega, en lo más distante de las periferias; y sirviendo, generando encuentro con los últimos, con los descartados”. Ante los miles de lituanos que le escuchaban en Kaunas, reivindicó una vez más su apuesta por una “globalización de la solidaridad”.

Para ello, echó mano de la imagen de la colina de la cruces, que Juan Pablo II visitó en 1993, para invitar a todos a “plantar la cruz de nuestro servicio, de nuestra entrega allí donde nos necesitan, en la colina donde habitan los últimos, donde es preciso la atención delicada a los excluidos, a las minorías”.

 

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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