Como en las corridas de toros también en este viaje papal a los países bálticos ha llegado el cambio de tercio. En esta gira a los países bálticos, a primeras horas de la mañana hemos abandonado la lituana Vilna y hemos llegado a Riga, la capital de Letonia donde Francisco permanecerá apenas doce horas.
Pero no es sólo un cambio geográfico también hemos dejado atrás el verano para entrar en el otoño. La nueva estación es más evidente en el paisaje de esta nación de apenas dos millones de habitantes llena de bosques con árboles cuyas hojas ya amarillean y la temperatura es típicamente otoñal.
Pero, sin duda, el cambio más notable es el espiritual. En Lituania la mayoría de la población (el 80%) es católica mientras que en Letonia sus habitantes son católicos el 25 por ciento, protestantes el 21 ,ortodoxos el 11 ; el resto se declara no creyente, agnóstico. La excelente relación entre las iglesias cristianas se forjó durante la dura resistencia común contra el ateísmo oficial impuesto por la ocupación soviética .
Francisco en su primer discurso ha manifestado su alegría ante el hecho de que la Iglesia católica se encuentra “en un trabajo de plena colaboración con las otras iglesias cristianas, lo cual es signo de cómo es posible desarrollar una comunión en las diferencias”.
De hecho el primer acto religioso de la jornada será una ceremonia ecuménica en la catedral luterana de Santa María (la Rigas Doms) en la que participarán con Bergoglio los líderes de las diez principales denominaciones cristianas. Además del Papa se dirigirá a la Asamblea el Obispo Luterano Janis Vanags.