Vaticano

“He ido a los países bálticos a anunciar la revolución de la misericordia”, dice el Papa





Un miércoles más, una multitud esperaba en San Pedro para encontrarse con el Papa. Recién llegado de su viaje apostólico por los países bálticos, Francisco centró su alocución en esta visita con motivo del centenario de su independencia. Eso sí, sin olvidarse de recordar a los asistentes la importancia del histórico acuerdo firmado entre el Vaticano y China el pasado 22 de septiembre.

“Estos países, llamados Bálticos, son pueblos que bajo el yugo nacista y también soviético, sufrieron mucho. Ahora que gozan de libertad mi misión fue anunciarles nuevamente la alegría del Evangelio y la revolución de la misericordia y de la ternura, porque para darle sentido y plenitud a la vida, además de la libertad, es indispensable el amor que viene de Dios”, ha expresado el Pontífice.

Asimismo, ha explicado que, “durante este viaje, con marcado carácter ecuménico, me encontré con muchas personas”. Y ha proseguido: “En Vilna, les recordé a los jóvenes la importancia del diálogo entre las generaciones, y en Riga, les subrayé a los ancianos la estrecha relación que existe entre la paciencia y la esperanza. También a los sacerdotes, consagrados y seminaristas, les manifesté que es indispensable estar centrados en Dios y arraigados en su amor, manteniendo viva la memoria de los mártires, para seguir su ejemplo y ser testigos de esperanza. Tampoco me faltó la oportunidad para honrar a las víctimas del genocidio judío en Lituania y de las persecuciones a todos los ciudadanos”.

Al mismo tiempo, ha subrayado que “a estas tres naciones las une una fuerte devoción mariana. Por ello, en las tres celebraciones eucarísticas, el santo Pueblo fiel de Dios que peregrina en esas tierras, ha renovado con María su ‘sí’ a Jesucristo, suplicando a la Madre de Dios que continúe protegiendo y acompañando a sus hijos en estos momentos de su historia”.

Saludo especial a españoles y latinos

Por otro lado, Francisco quiso hacer partícipe a los fieles del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular de China sobre el nombramiento de obispos. “El Acuerdo es el fruto de un largo y reflexivo viaje de diálogo, destinado a fomentar una colaboración más positiva entre la Santa Sede y las autoridades chinas por el bien de la comunidad católica en China y por la armonía de toda la sociedad”, ha dicho.

Además, “en este espíritu, he decidido dirigir un mensaje de aliento fraterno a los católicos chinos y a toda la Iglesia universal. Con eso, espero que China puede abrir una nueva fase, lo que ayudará a sanar las heridas del pasado, para restaurar y mantener la plena comunión de todos los católicos chinos y asumir con renovado compromiso de anunciar el Evangelio”.

Y les ha recordado que “¡tenemos una tarea importante!”: “Estamos llamados a acompañar a nuestros hermanos y hermanas en China con fervientes oraciones y amistad fraterna. Saben que no están solos. Toda la Iglesia ora con ellos y por ellos. Le pedimos a Nuestra Señora, Madre de la Esperanza y Ayuda de los Cristianos, que bendiga y mantenga a todos los católicos en China, mientras que para todo el pueblo chino invocamos a Dios el regalo de la prosperidad y la paz”.

Antes de despedirse, el Pontífice saludó a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. “Los animo a ser fieles al Evangelio de Jesús, que en tiempos de prueba da fuerza y alienta en la esperanza, y en tiempos de libertad ilumina la vida cotidiana de las personas, las familias y la sociedad. Que María, Madre de la Misericordia, nos acompañe en el camino de la caridad concreta y del servicio gratuito”.

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