El Santo Padre ha recibido, esta tarde -27 de septiembre-, en audiencia a los participantes en el curso de capacitación en Matrimonio y Familia promovido por el Tribunal de la Rota, en la basílica de San Juan de Letrán.
Las primeras palabras de Francisco, tras saludar a los presentes y agradecer el trabajo de estudio y reflexión sobre los desafíos pastorales relacionados con la familia, han sido para manifestar que este “es un campo apostólico vasto, complejo y delicado, al que es necesario dedicar energía y entusiasmo, con la intención de promover el Evangelio de la familia y de la vida”.
En la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’, se recalca la importancia de la preparación seria al matrimonio cristiano “que no se reduce a una serie de reuniones. El matrimonio no es solo un evento ‘social’, sino un verdadero sacramento que implica una preparación adecuada y una celebración consciente”, ha dicho el Pontífice.
Haciendo una llamada a las diócesis y a los animadores pastorales les ha pedido que ofrezcan a las parejas comprometidas “la oportunidad de participar en seminarios y retiros de oración”. Y ha pedido a los participantes del curso que acompañen a los neo-cónyuges, porque “muchas veces la raíz última de los problemas que salen a la luz después de la celebración de la boda se encuentra en la debilidad de la fe cristiana y en la soledad en la que se quedan atrás después de esta”.
“Es por eso que reitero la necesidad de un catecumenado permanente para el sacramento del matrimonio con respecto a su preparación, celebración y los primeros tiempos sucesivos. Es un viaje compartido entre sacerdotes, agentes pastorales y cónyuges cristianos”, ha manifestado Francisco.
A las parejas que están en crisis, el Papa ha llamado a “ayudarles a revivir la fe y, en algunos casos, para ser evaluado con rectitud y libertad interior, ofrecer indicaciones apropiadas para emprender un proceso de nulidad. Los que se han dado cuenta del hecho de que su matrimonio no es un verdadero matrimonio sacramental y quieren salir de esta situación, deben encontrar en los obispos, los sacerdotes y agentes de pastoral el apoyo necesario, que se expresa no solo en la comunicación de las normas jurídicas, ante todo en una actitud de escucha y comprensión”.