Los obispos canadienses han concluido su Asamblea Plenaria. Como fruto del encuentro, han publicado sus nuevas políticas antiabusos sexuales –’Protegiendo a los menores del abuso sexual: un llamado a los fieles católicos en Canadá para la curación, la reconciliación y la transformación’–, centradas en la prevención, pero ni rastro sobre qué hacer o cómo enfrentar los casos de encubrimiento de miembros de la Iglesia, según recoge CRUX.
Sí es verdad que los obispos se comprometieron por unanimidad a implementar el documento –que lleva seis años trabajándose–. Y es que los anteriores documentos episcopales establecían pautas pero no eran de obligado cumplimiento. “Lo que queremos es que la Iglesia católica sea el lugar más seguro para los jóvenes”, dijo el obispo Lionel Gendron, presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos.
Las nuevas directrices indican “qué debemos hacer para que no vuelva a suceder”, añadió Gendron. Así, los protocolos no son solo para “sacerdotes, obispos y diáconos, sino también para el personal laico y los voluntarios laicos”.
“Una unión civil excluye a Aquel que convierte a un hombre y una mujer en una relación amorosa, creativa y estable”. Así lo ha manifestado a The Tablet el obispo de Northampton, Peter Doyle, ante el anuncio de Theresa May, quien anunció ayer, 2 de octubre, en la conferencia de su partido que el Gobierno debe cambiar la ley para proteger a las parejas del sexo opuesto que desean “formalizar su relación pero no necesariamente quieren casarse”.
Actualmente, solo las parejas del mismo sexo pueden registrarse e una unión civil. Las parejas heterosexuales que no desean casarse no tienen derecho a la exención del impuesto sobre sucesiones ni a la asignación del impuesto a la renta por matrimonio. Tampoco tienen un derecho automático a heredar el patrimonio de su pareja o la casa familiar.
Penny Mordaunt, ministro de Igualdad, dijo que el cambio en la ley se produciría “lo más rápidamente posible”, porque se trata de un “importante paso adelante para la igualdad”, pues se calcula que hay 3,3 millones de parejas que no han pasado por el altar en Reino Unido y alrededor de la mitad tienen hijos en común.
El arzobispo de la arquidiócesis de Santiago (República Dominicana), Freddy Bretón, ha mostrado su satisfacción por el crecimiento de la conciencia ciudadana ante los abusos, lo que ha provocado que muchos casos de denuncias de agresiones sexuales, incluidas algunas que involucran a sacerdotes, no queden en el olvido. “Hay señales que convendría, incluso que la resaltáramos, porque me parece que hablan bien de las autoridades de la Iglesia”, dijo en una entrevista a El Caribe.
El prelado mantiene que algunas personas deben entender los procedimientos que asume la Iglesia y recordó que en su labor pastoral le ha tocado presentar casos a Roma, para que algunos sean apartados del sacerdocio. A veces, por decisión de la Santa Sede, “se ha designado un personal de fuera para venir a investigar algún hecho en la República Dominicana”, señaló.
En el mismo sentido, indicó que “los delitos no deberían existir, pero mientras existamos los seres humanos hay posibilidad de que se cometan delitos y eso es lo que sucede en todos los ámbitos, pero el procedimiento de la Iglesia siempre ha sido que el obispo responsable de la diócesis que representa, ante una duda con un sacerdote, este es llamado e interrogado”. Y cuando se confirma que no es una calumnia, “entonces se envía Roma”.