La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, viajará a Roma para reunirse con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, para intentar evitar que Franco sea enterrado en La Almudena. Aunque la cita, que está programada para finales de octubre, está prevista para otros muchos asuntos, el tema Franco copará la conversación, ya que el Ejecutivo de Sánchez quiere evitar a toda costa el impacto simbólico de colocar la tumba del dictador en pleno centro de Madrid, como avanza hoy, 11 de octubre, El País.
Según el citado medio, el Gobierno no encuentra vía legal para oponerse a la voluntad de la familia de enterrarlo en la cripta de la catedral de la diócesis madrileña, y ya ha pedido ayuda a los obispos españoles y ha sondeado a la Santa Sede, aunque sin éxito.
Como informa el diario, el Ejecutivo estaba muy satisfecho porque en julio logró poner a la Iglesia de su parte en cuanto a que no se opondría a la exhumación. Hubo dos reuniones clave. Una de Sánchez con el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez. Y otra más discreta del subsecretario de Vicepresidencia, Antonio Hidalgo, y el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Sin embargo, el cardenal dejó muy claro el pasado 1 de octubre que Franco, “como cualquier cristiano, tiene derecho a poder enterrarse donde la familia crea conveniente”.
¿Desaparecerá el cristianismo en Irak?
“Otra ola de persecución será el fin del cristianismo en Irak”. Así lo ha afirmado el arzobispo caldeo de Basora, Habib Nafali. El prelado ha manifestado en una entrevista recogida por The Tablet que los cristianos del país han sufrido una “violencia” sistemática con la intención de desarraigarlos y erradicarlos, de “destruir su idioma, de separar a sus familias y empujarlos a abandonar Irak”.
Nafalia ha indicado que ahora hay tan pocos cristianos en Irak que la Iglesia desaparecería si se la sometiera a una mayor persecución. Asimismo no ha dudado en calificar de genocidio los desplazamientos y asesinatos de cristianos en los últimos 15 años. “Si esto no es un genocidio, entonces, ¿qué es un genocidio?”, ha preguntado.
“Hay un juego global, y las personas pacíficas, las minorías, al final serán las que serán destruidas”, dijo. Para el prelado, el autodenominado Estado Islámico no ha sido derrotado aún, más bien “ha pasado a la clandestinidad”. Así, ha recalcado que los cristianos han pasado de 1,5 millones a 250.000 en los últimos tres lustros, representando el 1% de la población iraquí.
El arzobispo de Singapur, contra la explotación laboral
“Debemos tratar a los inmigrantes en los trabajos según los principios de equidad e igualdad, sin discriminación alguna”. Este ha sido el llamado del arzobispo de Singapur, William Goh, durante una misa celebrada especialmente para las comunidades migrantes del país que congregó a 3.000 personas provenientes, en su mayoría, de Sri Lanka, Indonesia, Filipinas y Vietnam. Y añadió: “Debemos encontrar y vivir la unidad en nombre de Cristo, dado que la diversidad cultural es una riqueza”.
Según informa la Agencia Fides, en su homilía, el arzobispo recordó que “todos tenemos deseos en la vida. Pero la ambición puede ser perturbadora y la motivación personal puede ser egoísta. Debemos transformar esta ambición en vocacional, que es la llamada a servir a Dios y a la humanidad. Todos nosotros tenemos el deber de buscar y comprender nuestra vocación y de ayudar a los demás a cumplir su vocación de amor y servicio”.
En cuanto a la condición de los migrantes y de la dignidad en el lugar de trabajo, el arzobispo Goh hizo alusión al “abuso de los trabajadores por parte de los empleadores, algunos de ellos católicos. Honestamente, se me rompe el corazón cuando escucho hablar de estos abusos”. Así, instó a quienes desempeñan cargos influyentes en los puestos de trabajo a “hablar en nombre de quienes son tratados injustamente o discriminados”.