El papa Francisco ha dado un paso más en la limpieza de la Iglesia chilena precisamente en el día en que ha mantenido una audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano con el presidente del país austral, Sebastián Piñera. Dos semanas después de dimitir del estado clerical a Fernando Karadima, el símbolo del escándalo de la pederastia eclesial que sacudió la comunidad católica de aquella nación, este sábado 13 de octubre ha aplicado el mismo castigo, el más duro que puede recibir un sacerdote, a dos obispos eméritos: Francisco José Cox Huneeus, emérito de La Serena y miembro del Instituto de los Padres de Schoenstatt, y Marco Antonio Órdenes Fernández, emérito de Iquique.
Cox Huneeus lleva desde hace años retirado en una residencia de Schoenstatt en Alemania a una vida de silencio, oración y penitencia por los abusos sexuales cometidos con menores de edad, la misma acusación que pesa sobre Órdenes Fernández, que no obstante fue declarado inocente por uno de los casos en que se vio implicado tras ser juzgado por el tribunal civil de Iquique el pasado enero. “No existen presunciones que permitan verificar la ocurrencia de los hechos denunciados en diciembre de 2008”, afirmó entonces la sentencia. El Vaticano aclaró que la decisión del Papa, que supone la reducción de ambos al estado laical, “no admite recurso”.
Voluntad de “recuperar el cariño”
La grave crisis que vive la Iglesia chilena por los casos de pederastia ha sido uno de los temas tratados por Francisco y Piñera durante la audiencia que mantuvieron en el Palacio Apostólico. En una declaración institucional en la que no admitió preguntas de los periodistas, el presidente calificó de “muy bueno, muy cercano y muy franco”, el encuentro con Jorge Mario Bergoglio y aseguró que ambos compartieron “la esperanza” de que la Iglesia chilena pueda “vivir un verdadero renacimiento” y “recuperar el cariño y la cercanía del Pueblo de Dios”.
El jefe de Estado del país austral consideró que era “difícil” la situación de la comunidad eclesiástica y manifestó su deseo de que “pueda seguir jugando su importante rol” en la sociedad. La Santa Sede, por su parte, informó en un escueto comunicado que durante las “cordiales conversaciones”, el Papa y Piñera trataron “la dolorosa herida de los abusos a menores, subrayando el compromiso de todos en la colaboración para combatir y prevenir la comisión de estos crímenes y su ocultamiento”. Otros de los temas del diálogo fueron las migraciones y la situación de países latinoamericanos como Venezuela y Nicaragua.
La audiencia entre Francisco y el presidente chileno tuvo lugar nueve meses después del viaje de Bergoglio a la nación austral, una visita que estuvo marcada por el escándalo de abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos. Una vez concluida su audiencia con el Papa, Piñera se reunió con el secretario de Estado, el cardenal italiano Pietro Parolin, y con el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados. Con Parolin y Gallagher el líder chileno habló del pulso que mantiene su país con Bolivia por la ambición de esta última nación por conseguir una salida al mar.