“La salvación es un don del Señor”, ya que es él quien otorga “el espíritu de libertad”. Así lo ha expresado Francisco durante su homilía de hoy, 16 de octubre, en la misa matutina en Santa Marta. De la misma manera, el Papa hacía un llamamiento para “cuidarse de los hipócritas cuyos corazones no están abiertos a la gracia”.
Francisco comentaba el pasaje del Evangelio de hoy, en el que se relata el momento en el que Jesús, invitado a la mesa de un fariseo, se sienta sin antes realizar las abluciones establecidas por la ley. Así, Bergoglio ha enfatizado las diferencias entre los que se acercaron a Jesús porque llegó a sus corazones, “y también un poco por interés”, y el odio de los “puros”, los doctores de la Ley, que finalmente le siguieron para atraparlo.
“Realmente fueron un ejemplo de formalidad”, ha dicho el Papa, añadiendo que “les faltaba vida, estaban ‘almidonados’, rígidos, y Jesús conoció su alma”. Ha recordado también que fueron precisamente los que se escandalizaron cuando Jesús “perdonó pecados y sanó en sábado”. “No les importaban las personas, estaban interesados en la ley, las prescripciones y las rúbricas”, ha señalado Francisco.
Dudar de los cristianos ‘rígidos’
“Jesús acepta la invitación del fariseo porque es libre”, dijo el Papa. Además, subrayó la capacidad de Jesús de distinguir las apariencias de la realidad interior. “Estos señores son los ‘doctores de las apariencias, siempre perfectos, pero debemos preguntarnos qué hay detrás de todo eso”, subrayó.
Francisco ha recordado también otros pasajes del Evangelio en los que Jesús condena a estas personas, como la parábola del Buen Samaritano. Porque, tal como ha señalado el Papa, “estas personas únicamente interesadas en la apariencia son descritas por Jesús como auténticos hipócritas”. Personas de “alma codiciosa, capaces de acabar con el prójimo”.
Por este motivo, Bergoglio ha animado a los presentes a tener cuidado con “los rígidos”. “Estén atentos a los cristianos, ya sean laicos, sacerdotes u obispos, que se presentan como perfectos, ya que en ellos no está el Espíritu”, ha aseverado, señalando a su vez que “en ellos falta el espíritu de la libertad”.