Los jesuitas de Valencia vetan un acto de Vox “por la tensión política”. Así lo explicó el director de las Escuelas San José, José Ignacio Rodríguez, en declaraciones a El Mundo. El próximo 24 de octubre, el partido tenía previsto realizar un acto en el salón de actos del centro, como la formación había anunciado a través de las redes sociales. Sin embargo, el acuerdo no se ha sellado, porque “dejar que vengan no nos parece lo más adecuado”, subrayó Rodríguez.
“Les he llamado y les he dicho que no se va a poder hacer”, continuó explicando. Y es que, históricamente, desde la Transición, siempre habían estado abiertos a todos los actos, independientemente del color político, teniendo en cuenta que como comunidad religiosa y educativa albergan un amplio espectro de ideologías políticas entre las familias. “Cualquier partido podía celebrar un acto, pero es cierto que nuestro protocolo no estaba actualizado a estos tiempos”, reconoció el sacerdote.
El jesuita reconoció que, durante los últimos días, han sido muchos los comentarios que, bien a través de las redes o en correos remitidos al centro, padres, profesores o antiguos alumnos han mostrado su desaprobación a acoger ese acto de Vox en el colegio. Por su parte, José María Llanos, presidente de Vox en la provincia de Valencia, admitió que no había nada firmado, pero aseguró que el partido abonó por adelantado los 1.700 euros en los que se habría acordado el alquiler del salón de actos.
La unión de los obispos de Sudán y Sudán del Sur por los últimos
La Conferencia Episcopal al completo ha visitado el campo de refugiados Bidi Bidi (Uganda). Los prelados de Sudán y Sudán del Sur visitan el campo donde hay 300.000 desplazados que viven en 200 kilómetros cuadrados en viviendas improvisadas. Durante su estancia allí, el presidente de los obispos, Hiiboro Kussala, pidió que se respete el acuerdo de paz para que estas personas puedan volver a sus casas.
Durante la visita ‘ad limina’ de septiembre, el Papa les pidió explícitamente que dedicaran una atención especial a los millones de prófugos, desperdigados en los países vecinos o desplazados en el propio territorio. Una petición que, lejos de desoírla, los obispos han dado respuesta al poco tiempo de regresar a Sudán, con la intención de mantener viva la Iglesia entre los refugiados.
“Quisimos estar todos y tomarnos tiempo para encontrar, hablar, administrar los sacramentos, compartir con estos hermanos y hermanas nuestros que viven una fase muy dura de su existencia”, comentó en una entrevista a Vatican Insider. Y es que la mayoría llevan allí desde 2014, cuando estalló la guerra civil. “No existe ninguna posibilidad para que lleven a cabo alguna actividad económica, comercio o trabajo, la gente vive de ayuda y lleva una existencia precaria, que no permite imaginar un futuro mejor”, denunció.
El obispo de Bandoro denuncia “la falta de transparencia” de la ONU
El obispo de Kaga-Bandoro, en el centro-norte de la República Centroafricana, Tadeusz Kusy, ha manifestado su queja por la “falta de transparencia con la que opera la Minusca (Misión de las Naciones Unidas en África Central) en la gestión de los desplazados locales”, según recoge FIDES.
El prelado hace hincapié en el drama humano de los desplazados, en particular de “los niños menores de 4 años, nacidos en los campos y que no conocen la vida normal en una casa. Nacieron bajo lonas o bajo un techo de paja. Son niños que están marcados por las cicatrices de la vida, porque desde que nacieron no han conocido la vida de un hogar familiar, en un barrio normal”.
El obispo también denuncia la inseguridad en las vías que conectan los diferentes lugares de la diócesis. Por ejemplo, en julio fue retirado el contingente burundiano de cascos azules que controlaba la carretera entre Bandoro y Ndombetté, dejando el campo abierto a los grupos armados que extorsionan a los vehículos de pasajeros.