En lo que va del año han sido asesinados siete sacerdotes en México, y suman ya 26 en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. El último de ellos fue el padre Ícmar Arturo Orta, quien el sábado 13 de octubre fue privado de la vida.
El arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, confirmó el domingo por la tarde el crimen del sacerdote, quien llevaba varios días desaparecido. La última vez que se le vio fue durante una celebración eucarística en la colonia Obrera de esa ciudad.
Según reportes periodísticos, un primer informe de la policía indica que el cuerpo del sacerdote fue encontrado con las manos y los pies atados, y con signos de violencia en todo el cuerpo.
Este lunes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) manifestó su solidaridad al obispo Moreno Barrón, al clero, a la vida consagrada y a los fieles laicos de la Arquidiócesis de Tijuana. “Pedimos a nuestro Padre Dios por el eterno descanso del presbítero Ícmar, para que el Señor conceda a sus familiares y a su comunidad parroquial, la fortaleza y el consuelo de la fe y la esperanza”.
A través de un comunicado firmado por el cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM, los obispos del país confiaron en que las autoridades competentes esclarecerán lo sucedido al sacerdote, y actuarán en consecuencia.
Tristeza en la comunidad
El arzobispo Moreno Barrón envió una carta a la comunidad de la iglesia de San Luis Rey de Francia, de donde el padre Ícmar era párroco. “Saludo a su Consejo Parroquial de Pastoral, al equipo de catequistas, a los grupos, movimientos y asociaciones laicales, a los que participan de la vida en el templo parroquial: a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, y de una manera muy especial a los ancianitos y enfermos. Queridos hermanos con profundo dolor les comunico que Dios llamó a su presencia a su querido párroco Ícmar Arturo Orta.
En la misiva explicó que ya se realizan las investigaciones para conocer la causa de su muerte. “Espero que muy pronto tengamos información fidedigna al respecto y pueda comunicarles a ustedes todo lo referente a sus honras fúnebres”.
El arzobispo se refirió a la muerte del sacerdote como una pérdida muy grande para la Arquidiócesis, “pero sobre todo es una aflicción muy grande para ustedes que fueron su comunidad parroquial, para ustedes que siguen siendo su comunidad parroquial, porque él seguirá vivo en medio de ustedes. Ustedes los van a mantener vivo en su mente y en su corazón”.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, las cinco entidades con el mayor número de homicidios cometidos contra sacerdotes y agentes de evangelización son Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Chihuahua y Michoacán.