“¿Cómo comunica la Iglesia en España? La respuesta no es tan fácil. ¿Quién es la Iglesia? ¿Los obispos, la Conferencia Episcopal o la Iglesia es más que los obispos y están las diócesis, las facultades de comunicación de la Iglesia, los periodistas católicos en la prensa no católica…?”, se preguntó el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, durante la presentación, en la tarde del 16 de octubre, de libro ‘Los retos del comunicador católico’, de CEU Ediciones, en donde se analiza su papel en los distintos ámbitos del actual panorama comunicativo.
“La Iglesia en España comunica bien, lo que no significa que todo esté bien. Es muy mejorable, muy mejorable, y a veces el ritmo de los medios no es el ritmo de la Iglesia. Pero yo, que llevo más de nueve año de obispo, y desde el principio en la Comisión Episcopal de Medios, sí que he visto la evolución de la comunicación dentro de la Iglesia en España, y hoy el perfil del responsable de medios es el de un laico con un nivel profesional más que bueno. Y en la Conferencia Episcopal ha sucedido otro tanto y se ha hecho un buen trabajo comunicación”, aseveró el pastor en el salón de actos del Colegio Mayor San Pablo, de Madrid.
García Beltrán afirmó que ser comunicador católico “es una aventura evangélica y apostólica”, puesto que “la Iglesia existe para comunicar, porque eso es la evangelización”, por lo un invitó a los profesionales “a ir al núcleo de la evangelización cristiana, que es Jesucristo, que cambia la vida personal, social y cultural”.
Los obispos y el miedo a la prensa
Por ello, para el obispo, “el reto fundamental es llevar hoy a la sociedad la imagen y el rostro de la Iglesia tantas veces deformado por los medios no eclesiales, una Iglesia que no está marcada por un interés económico o ideológico”. Pero, junto con ello, subrayó la necesidad de “llevar al centro de la Iglesia el reto de la comunicación, con sus avances tecnológicos, porque hay muchas cosas que a los obispos se nos escapan y da la sensación de que nos da miedo la comunicación y de que cuando vemos a un periodista nos asusta mucho”.
El también presidente de la Fundación Pablo VI se preguntó qué harían hoy grandes comunicadores cristianos como san Pablo o San Francisco Javier. “Utilizarían los medios de comunicación, y el nuevo mundo de las comunicaciones sociales son un reto que la Iglesia ha de asumir con audacia evangélica, sabiendo que ese reto supone una posibilidad”.
“¡Cuánta gente capta un tuit o un mensaje en Instragram!”, enfatizó el pastor de Getafe. “Y esto es una posibilidad para transmitir la fe, aunque sin olvidar que tiene muchos riesgos y peligros, pero tenemos que ir a buscar a la oveja pérdida, porque la gente que no viene [a la Iglesia] sí nos va a seguir a través de los medios de comunicación”. “El hospital de campaña está en medio del mundo. Y la comunicación de la Iglesia tiene que ser también un hospital de campaña donde la gente pueda ir a informarse”, concluyó.
Un periodismo al servicio de la dignidad
El acto contó también con la intervención del nuevo presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), Alfonso Bullón de Mendoza, quien, glosando las virtudes de la obra que se presentaba, afirmó que hoy los retos son muy distintos de los que había antes para el comunicador católico, y en campos muy distintos, incluso en el campo de los videojuegos, apuntó, “porque estos comunicadores no están ajenos a la sociedad nueva que está surgiendo”.
Ana Rodríguez de Agüero, directora de CEU Ediciones, destacó, por su parte, “la exhaustiva atención que la obra presta a todos los ámbitos de la comunicación, abarcando un amplio abanico de materias”, incluso con capítulos dedicados al mundo de la enseñanza o al magisterio eclesial en el campo de la comunicación, y con una destacada “unidad temática”.
Rafael Ortega, presidente de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España y, junto con Álvaro De la Torre, coordinador del libro, subrayó durante su alocución los “profundos cambios que ha vivido la comunicación en la era de la globalización” y alertó ante “los intereses ocultos” que se mueven en ese mundo, por lo que exhortó a poner en práctica “un periodismo diferente que esté al servicio de la defensa de la dignidad humana”.