Desde el pasado 14 de octubre se ha celebrado en la diócesis italiana de Bolonia –ciudad universitaria por excelencia del país mediterráneo– el Encuentro Internacional “Puentes de Paz” que organiza la Comunidad de Sant’Egidio. Estas reuniones comenzaron en Chipre en 2008 y cada año convocan para mantener vivo es espíritu ecuménico de Isis de oración por la paz en el mundo.
Una cita en la que ha participando, entre otros, Bernice King, hija de Martin Luther King, quien ha compartido el legado de su padre a favor de la no violencia. También ha estado presente el expresidente de la Comisión Europea Romano Prodi, el presidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani, el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, así como diferentes invitados que han debatido en la veintena de mesas redondas organizadas. Las guerras olvidadas, la crisis de Europa, la globalización, el desarrollo sostenible, el desarme, la pobreza, el futuro de los jóvenes o la migración son algunos de los temas que han debatido diferentes líderes religiosos y personalidades del mundo de la política, la cultura o la Universidad.
Estas jornadas se han cerrado con diferentes espacios de oración para las distintas confesiones, una celebración ecuménica en la catedral y la clausura final en la plaza Mayor. En este acto ha estado el obispo católico chino Joseph Shen Bin y el cardenal Carlos Osoro que ha confirmado que la próxima edición de “Puentes de Paz” será en Madrid.
El encuentro se ha cerrado con la entrega del “llamamiento de paz” que ha recibido también la delegación madrileña de la Comunidad de Sant’Egidio que ha participado durante todo el encuentro. En el manifiesto se reivindica que “las religiones son lazos, comunidad y unión. Las religiones son puentes, crean comunión y reconstruyen la familia humana”, por ello advierten ante lo peligroso de “perder la conciencia de un destino común es una derrota para la humanidad y para todos los creyentes”. “Hoy es necesario cambiar el corazón para construir un futuro de paz. ¡Este es el punto de partida! No estamos solos ante esta inmensa tarea”, concluye el texto a la vez que invita a invocar al “Dios de la Paz”.