Desde el día 21 y hasta mañana, 24 de octubre, el secretario para las Relaciones con los Estados, el inglés Paul Richard Gallagher está visitando Georgia, uno de los países incluidos desde del bloque soviético durante décadas. En el país, uno de los primeros en adoptar el cristianismo, la Iglesia ortodoxa es la dominante a través de compleja estructura fruto de la historia. Los católicos no llegan al 1%, habitando sobre todo una región del sur del país.
Uno de sus últimos actos ha sido el encuentro con su homólogo en el ejecutivo georgiano, el ministro de Asuntos Exteriores, Davit Zalkaliani, quien ha señalado que con el Vaticano existen “unas relaciones bilaterales excelentes”. En una rueda de prensa conjunta, el prelado, por su parte, ha destacado el dato de que “Georgia, como es sabido, es uno de los primeros países que han abrazado la fe cristiana, y tiene una larga historia de relaciones con los Romanos Pontífices”, tanto es así que el Vaticano fue uno de los primeros estados en reconocer su independencia.
Por la unidad de Georgia
Gallagher se mostró sensible a las víctimas que han sufrido la guerra que vivió el país hasta 2008 y que ha supuesto la pérdida de soberanía de las regiones de Tskhinvali y Abjazia. Por ello, el arzobispo aseguró que la defensa de la integridad territorial georgiana por parte de la Santa Sede “permanece inalterable”. Declaración que ha agradecido el ministro. en sus redes sociales:
Great honour to host Secretary for Relations with States of the Holy See??Archbishop Paul Richard Gallagher. His visit is a demonstration of firm support and another step in further deepening our exemplary cooperation. pic.twitter.com/1KgM9MEC0z
— David Zalkaliani (@DZalkaliani) 22 de octubre de 2018
El mandatario pontificio también ha visitado al primer ministro Mamuka Bakhtadze, al presidente del país Giorgi Margvelashvili, al parlamentario Irakli Kobakhidze, al patriarca ortodoxo Ilia II, así como las distintas presencias católicas. La vista de Gallager ha sido una oportunidad para recordar la del papa Francisco en septiembre de 2016 o la de Juan Pablo II en 1999.
