A menos de 90 días de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizará en Panamá, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) está afinando los últimos detalles para animar a más jóvenes a incorporarse a este encuentro que combina lo festivo, lo religioso y lo cultural, mostrando “el dinamismo de la Iglesia” y dando “testimonio de la actualidad del mensaje del Jesús”.
El presbítero Rubén Darío García, director del departamento de estado laical y lugares eclesiales para la comunión de la CEC, y Adriana Ávila, coordinadora de la delegación de la JMJ en el país, conversaron con Vida Nueva para dar a conocer los detalles de la ruta que desde Colombia han trazado para hacer efectiva su participación en este evento mundial.
Desde la coordinación de la delegación colombiana de la JMJ contabilizan más de 500 jóvenes peregrinos inscritos hasta la fecha, aunque se espera llegar a más de 950 puesto que, como ha afirmado Rubén Darío García, “en todas las jurisdicciones los señores obispos han animado y han promocionado la participación de los jóvenes, además hemos tenido una preparación de animación dentro de los equipos nacionales de jóvenes y una difusión personalizada en los sectores educativos”.
Desde el inicio de la convocatoria, 36 jurisdicciones atendieron el llamado desde la CEC. Las más numerosas han sido Bogotá, Cali, Popayán, Ibagué, Neiva y Tumaco, aunque, según comenta Adriana Ávila, coordinadora de la delegación colombiana, “el mayor número son los jóvenes del camino neocatecumenal, es un grupo bastante grande”.
La participación de Colombia en este magno evento mundial ha estado delineada por un itinerario formativo que arrancó en julio con los jóvenes peregrinos en la que la sección de juventud de la CEC, que semanalmente hasta el mes de diciembre publicará un insumo didáctico para que los participantes realicen un camino de reflexión, preparación y compromiso como jóvenes creyente.
Además de este subsidio formativo, García añadió que se han realizado “encuentros con los delegados, motivación a los movimientos juveniles, animación a los señores obispos, acompañamiento con el itinerario formativo, difusión por todos los medios –que agradecemos mucho– y asistencia personal a los colegios, pues queremos motivar mucho la inscripción”.
“Colombia llevará jóvenes que tienen una experiencia personal para compartir en la misión”, ha dicho el director de estado laical y lugares eclesiales de la CEC. Aparte de esto, ha mencionado que la experiencia de la pastoral juvenil de Colombia ha animado lo que a su juicio es “una acción bonita” y significativa: ha motivado a jóvenes incluso no creyentes a participar de la JMJ 2019.
Un factor a considerar por la delegación colombiana será la de llevar su gentilicio y folclor local, que –a juicio del presbítero– “es muy similar al de Panamá además de aportar también lo que Colombia tiene que es una cultura y una fe verdaderamente fuertes”.
Otro de los desafíos de la sección de juventud de la CEC es permanecer unidos más allá de la jornada o lo que “se va a llamar la pos-jornada, es decir, todo el trabajo que la pastoral juvenil realizará luego con los jóvenes que asistan”, especialmente enfocados a atender los temas en la agenda de la Iglesia en el país, como la paz y la reconciliación.
A este respecto, Adriana Ávila enfatizó que es importante que la experiencia “no se quede en el ‘fuimos’ solamente a Panamá y llegamos aquí a hacer islas, sino que se pretende con ellos fomentar la cultura del encuentro tanto en sus comunidades, colegios y universidades”.
“Se espera que de los jóvenes que participen de la JMJ se llenen de muchas experiencias, de las enseñanzas del papa Francisco y que traigan todo eso para replicarlo en los grupos juveniles, a sus comunidades, al sitio al que pertenecen, a los colegios y universidades, para generar eso que nos dice el Papa de la cultura del encuentro”, añadió la coordinadora de la delegación colombiana.
De igual forma, el presbítero García señaló que “hay muchos que a lo mejor por las situaciones personales de gestionar sus fondos para participar han esperado para sus inscripciones, quiero invitar a todos a que no tengan miedo a arriesgar a un encuentro que tiene el sentido profundo de Jesucristo en su vida”.
“Esto hace necesario que este mes debamos cumplir con las inscripciones, no dejemos pasar estos días porque es necesario dar el paso y que muchos jóvenes puedan tener esta bendición de estar en la JMJ, porque podemos incluso en este instante motivar la participación de muchos padres de familias con sus hijos que los quieren acompañar”, añadió.
Desde la coordinación de la delegación colombiana de la JMJ se aspira a que entre octubre y noviembre muchos jóvenes tengan la oportunidad de inscribirse. Por ello Adriana Ávila invita a soñar en grande: “no se queden, arriésguense, como jóvenes podemos soñar en grande y podemos hacer que esos sueños se hagan realidad”.
Ávila comenta su experiencia como peregrina: “Yo viví la JMJ en Polonia, en la tierra de la misericordia, y tras dos años y medio me doy cuenta que esto ha traído muchas bendiciones para mi vida”.