Los corredores humanitarios ya son una realidad en Andorra. Esta misma mañana –25 de octubre– han llegado las dos primeras familias procedentes de Líbano. Andorra se convierte así en el quinto país europeo en implantar este modelo gracias a la acción de la Comunidad de Sant’Egidio.
Las dos familias, compuestas por cuatro padres y tres hijos, irán a vivir a Andorra la Vella y Sant Julia de Lloria. “La recepción y la integración serán posibles gracias a la protección del Gobierno de Andorra y la generosidad de las parroquias, las asociaciones y la sociedad civil, incluidos los ciudadanos individuales, que han ofrecido su compromiso libre y voluntario”, según ha explicado la entidad eclesial a través de un comunicado.
20 refugiados en dos años
El proyecto prevé la llegada, en los próximos meses, de otros refugiados, en un total de 20 en dos años: “un número pequeño pero significativo para el pequeño Principado de Andorra”, añaden. Estas dos primeras familias llegaron con un vuelo directo de Beirut a Barcelona, para luego continuar su viaje en autobús a Andorra. “Huimos de la guerra y venimos a un país en paz”, dijeron las familias a su llegada. Al mismo tiempo, dieron las gracias a Andorra, “país que nos ha dado la bienvenida y en el que se nos abre un futuro mejor: gracias de todo corazón”.
Para la apertura de los corredores humanitarios, el parlamento de Andorra tuvo que aprobar una ley de protección temporal y transitoria por razones humanitarias (Llei 4/2018, 22 de marzo). Con esta norma, se creó el marco legislativo para la creación de corredores humanitarios en un país que no pertenece ni a la UE ni al espacio Schengen.
Los corredores humanitarios han permitido llegar a Europa a un millar de personas gracias a Sant’Egidio. En Italia, desde febrero de 2016 han llegado 700 personas. En el mismo sentido, Bélgica –que acogió en un primer momento a 150 refugiados sirios llegados directamente de Líbano y Turquía–, Francia –que acogerá a 500 sirios e iraquíes provenientes directamente de campamentos de refugiados de Líbano– y San Marino ya han abierto la puerta a este modelo migratorio. En España, el Estado lleva tres años estudiando su oferta para ponerla en marcha, estando todo preparado para el momento en el que llegara el esperado aprobado.
