“La Catedral de Málaga no está terminada y se está deteriorando”. Así lo expresó el obispo Jesús Catalá, que exige a la Junta de Andalucía que aprueba el plan del templo, porque la diócesis “ha hecho todos los deberes que les han pedido”. Con motivo de la presentación ayer, 24 de octubre, de la exposición ‘La Catedral de Málaga, una sinfonía inacabada’, el prelado denunció que los problemas de la seo malagueña se deben a su estado inconcluso. En estos días, en los que la lluvia no da tregua, las goteras y las humedades son cada vez más visibles en el interior de la basílica, que sigue siendo uno de los atractivos turísticos más visitados de la capital, como informa Diario Sur.
“Cada vez que llueve es como los huesos que pierden masa ósea”, insistió, al mismo tiempo que pidió “un plan para salvar la Catedral”. En ese sentido, destacó que una de sus prioridades ha sido elaborar un plan director que fue presentado ante la Consejería de Cultura a finales de 2016. “Hemos dotado a la Catedral de un plan director que está en la mesa de la Junta y que tarda mucho en ser aprobado”, afirmó. Así puso de manifiesto que la diócesis ha hecho “todos los deberes y todos los estudios que nos han pedido”.
“Sin plan director no se puede hacer nada, no se puede poner ni una teja”, aclaró Catalá, quien confesó que autoridades y personas a título particular le han transmitido su apoyo a que “este proyecto hay que terminarlo al menos para que no dañe más la intemperie”. Para la diócesis es prioritaria la realización del tejado a dos aguas que, según los técnicos del Cabildo, es la solución definitiva al problema de filtraciones que aún padece el monumento pese al recubrimiento de sus cúpulas que promovió la Junta hace una década. Asimismo, para contrastar la diócesis ha encargado un análisis científico a una empresa especializada en métodos constructivos para concretar el origen del problema de filtraciones del techo.
Las víctimas de Karadima no pactarán con el arzobispado
La Corte de Apelaciones de Chile cita el próximo 20 de noviembre a las 13:00 horas a las víctimas del sacerdote pedófilo Fernando Karadima y al Arzobispado de Santiago para un acto de conciliación. James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, sin embargo, fueron tajantes y descartan cualquier acuerdo con la Iglesia. Las tres víctimas exigen una indemnización equivalente a unos 575.000 euros por daño moral.
“No vamos a defraudar a nuestras familias y nuestras conciencias. Magistrados sepan que nos traumatizan nuevamente”, dijo Hamilton a través de Twitter. En la misma red social, Murillo remarcó que “la verdad no se transa ni por dinero”. “Sepan todos que no ha conciliación. Vamos a pelear hasta que no nos quede ningún recurso”, añadió Cruz, como recoge La Tercera.
Asimismo, la justicia deja fuera de la causa la carta entregada por el abogado de las víctimas en la que se dejaba constancia de que el cardenal Francisco Javier Errázuriz no había interrogado a Karadima “por respeto”. Y es que la sala recalca que no fue entregado de forma legal a la causa.
El Papa jubila al obispo de Memphis
El obispo de Memphis, Martin Holley, de 63 años, fue jubilado ayer, 24 de octubre, por el Papa tras haber constatado la realización de algunas maniobras financieras “ambiguas”. El prelado, que se negó a presentar la renuncia, fue removido del gobierno pastoral de la diócesis nombrando administrador apostólico al arzobispo de Louisville, Joseph E. Kurtz.
Holley ha estado fuertemente cuestionado tanto por el clero como por los fieles de esta pequeña diócesis del sur de Estados Unidos. Así, el prelado había decidido trasladar, sin justificación, a 42 sacerdotes; es decir, al 75% del clero. Además, el Papa había enviado a dos visitadores apostólicos en junio para investigar la gestión financiera de Holley, cuya acción había provocado una disminución de donaciones y el anuncio del cierre de once escuelas católicas para vender los edificios, como informa Vatican Insider.