El sacerdote Rafael J. Pérez Pallarés (Puente-Genil, 1970), Delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga, presenta esta tarde en el Museo Jorge Rando de la ciudad andaluza su primer libro ‘A piel de calle’, publicado por PPC Editorial. Una original propuesta que busca recrear en evangelio de Juan a través de escenarios del mundo actual.
El autor comparte con Vida Nueva algunas de las claves con las que acercarse a esta original obra.
PREGUNTA.- Dicen que el teólogo suizo Karl Barth repetía aquello de que un sermón hay que prepararlo con la Biblia en una mano y el periódico en la otra. ¿Sería esta la idea de fondo de ‘A piel de calle’?
RESPUESTA.- Lo que hay de fondo en este libro es la unidad entre la vida de fe y la existencia humana. Lo que late es la necesidad de ser contemplativos en el mundo, pero el proceso de contemplación normalmente lo entendemos muchas veces como finalizado mientras que cuando una persona está en un proceso de crecimiento interior a nivel de fe pasa por distintas etapas vitales, por ejemplo contempla el sufrimiento.
Yendo a la pregunta, más que el periódico –que es un producto mediatizado– es la vida a la que te enfrentas lo que hay que tener en la mano. Los capítulos están vinculados estrechamente a la vida de fe y a la existencia con la que te desayunas todos los días, no desde el punto de vista mediático sino, en este caso, la que presenta el protagonista del libro a través de su historia.
P.- ¿Qué tipo de libro es este: una obra de narrativa, de espiritualidad bíblica, de una autobiografía, una ficción literaria…?
R.- Son 39 relatos vinculados al evangelio de san Juan relatados por el personaje principal de una forma analógica en el hoy.
P.- ¿Por qué esta elección de buscar analogías actuales precisamente a través de los relatos del evangelio de Juan y no de los sinópticos?
R.- De alguna forma, en el evangelio de san Juan aparece la verdad y la libertad. Los demás también lo son, pero, de alguna forma, aparece la verdad que nos haces libres que es lo que busca en todo momento el protagonista del libro. Los relatos, que pueden ser leídos independientes, tiene la hilazón de este evangelio, de forma cronológica: la llamada, las bodas de Caná, la mujer samaritana… va todo relatado en paralelo de forma analógica.
P.- De las 39 historial que recoge el libro, ¿cuáles pueden sorprender más al lector?
R.-Va a depender del lector o de la lectora. Yo he tenido el libro ayer, por vez primera, en la mano. El libro es pequeño y lo he asimilado con un perfume. El perfume tiene mayor intensidad y calidad pero según en la piel de quien caiga, huele de una manera u otra. Con esta obra puede pasar esto. Es un libro de frontera con historias muy contundentes, como en un prostíbulo o de muertos en las playas o realidades que a todos de alguna u otra manera a todos nos tocan. Se tratan temas como el abuso sexual, la oración, la fe, colectivo LGTB, la Iglesia, el Papado, los seglares, la infancia, el aborto… Dependiendo de la sensibilidad de las personas, el libro se va a entender de una forma u otra y depende cómo te toque la historia.
El libro, no obstante, ofrece la Teología de la Gracia. Late en todo el texto. De forma que, si una persona está cansada y agobiada y está buscando el encuentro con el Señor Jesús, en el libro se puede encontrar en cualquier momento identificada. Y todo ello con una mirada tierna hacia la realidad de la Iglesia, entendiendo como Iglesia a todos los creyentes.
P.- El niño sirio Aylan Kurdi o el sacerdote francés Jacques Hamel asesinado por el Isis también aparecen en el libro. ¿Qué mensajes evangélicos traslucen de acontecimientos tan terribles como estos?
R.-El propio protagonista se plantea el propio sufrimiento y si Dios es sádico, si hemos sido creados por Él. Y por ello busca una respuesta en Jesús y –haciendo un spoiler– al final descubre que todo es gracia, descansa en el Señor, porque se le escapa el misterio de la vida. “La resurrección de Cristo es la que transforma mi vida y me acompaña estimulando los sentidos, pues que sea él el que me acompaña porque a mí se me escapa esto”, dirá el protagonista del libro.
P.- ¿A quién te gustaría que llegase especialmente este libro?
R.-A todo el mundo. Por una parte a la gente que está en la frontera y a la gente de Iglesia que les pueda ayudar. Es un libro que está cuidado y tiene una sensibilidad para llegar a mucha gente. Es un libro muy abierto y con un lenguaje actual. Se sitúa en un público de frontera.