En una carta dirigida a todas las Iglesias particulares, la Conferencia del Episcopado Mexicano –a través de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS-Cáritas)– hizo un llamado a “acoger y proteger” a los integrantes de la Caravana Migrante, la cual salió el pasado 12 de octubre de Honduras, con miles de personas, hacia los Estados Unidos.
A las 18 provincias eclesiásticas, en general, CEPS-Cáritas –que cuenta con una dimensión específica de Movilidad Humana– las llama a monitorear el caminar de los migrantes y ver la posibilidad de que algunos agentes laicos los acompañen para que les ayuden a conocer el camino.
De principio a fin
Las recomendaciones agrupadas en el verbo “acoger”, se refieren a que, en caso de contar con albergues u otros centros, las diócesis ofrezcan descanso, aseo, alimentación, ropa, etcétera, y los protejan durante su camino, con el apoyo de la Secretaría de Salud del estado o municipio, y la delegación estatal de Instituto Nacional de Migración, Derechos Humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, tanto para dar asistencia médica como legal.
Con relación a la atención médica, piden que se evalúe si es necesario el servicio inmediato en los mismos centros de acogida, junto con el apoyo de psicólogos, la atención espiritual sacerdotal, la verificación del cuidado de la Ley de Migración, identificar su situación para que pueda obtener visa humanitaria, el retorno asistido y la posibilidad de aceptación con carácter de refugiado; además, se deberá verificar la seguridad para continuar su camino, tal vez con apoyo de transporte.
Acoger y proteger
La Iglesia detalló que es necesario dar atención a los migrantes hondureños bajo las dos primeras líneas de acción: “acoger y proteger”, ya que éstas fueron propuestas por el papa Francisco durante la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2018.
La Caravana Migrante, que está integrada en este momento por más de cuatro mil 500 personas, entre las que hay niños, mujeres embarazadas y ancianos no sólo hondureños, sino también guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses, continúa su camino por territorio mexicano. Este jueves llegaron a la localidad de Mapastepec, luego de recorrer 64 kilómetros desde Huixtla, en el estado de Chiapas. Diversas organizaciones hablan de un fuerte agotamiento físico del contingente.
Las otras diócesis
Respecto a las diócesis que no recibirán directamente a migrantes, la Iglesia les propone hacer una colecta de alimentos; preparar un botiquín de emergencia de acuerdo a las necesidades de los mismos; elaborar kits de viaje diversificados por edades, y específicos para hombres y mujeres; así como trasladar lo recaudado hasta donde los migrantes se encuentran alojados.
“Esto y lo que cada diócesis tenga a bien realizar, será de gran ayuda para nuestros hermanos, y una expresión de esta Iglesia que camina en México como presencia misericordiosa del Padre, manifestada en su Hijo (…) Que la Sagrada Familia nos guíe en el cuidado y protección de nuestros hermanos”, señala el texto.