Fin a un mes de trabajos. El papa Francisco ha clausurado a las 20:30 horas de hoy, 27 de octubre, los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. Y lo ha hecho reiterando, una vez más, que “el Sínodo no es un parlamento, porque es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar”.
Asimismo, ha continuado diciendo que “el resultado del Sínodo no es un documento”. “Estamos llenos de documentos, no sé si esté hará algo fuera, pero tiene que trabajar dentro de nosotros. Ahora el Espíritu nos lo entrega para que trabaje en nuestros corazones”, ha dicho. Y es que “somos nosotros -los participantes- los destinatarios del documento. Este documento hay que trabajarlo, estudiarlo y orarlo para ayudar a muchos”.
Por otro lado, el Papa ha recalcado que “la Santa Iglesia, nuestra madre, es santa, y somos nosotros, sus hijos, los que somos pecadores; lo somos todos”. Y ha añadido: “A la Iglesia no hay que ensuciarla, por eso, en este momento, debemos defenderla, y lo hacemos con oración y penitencia”.
Unas palabras que han puesto al auditorio en pie, con cardenales, obispos, jóvenes y demás participantes aplaudiendo al Santo Padre. No sin antes dar las gracias a todos los miembros y editores del texto final, con especial gratitud a los jóvenes participantes, que “nos han traído la música al aula, y cuando digo música quiero decir ruido, pero esa es la palabra diplomática”, ha concluido entre risas.
El documento final del Sínodo, que será presentado en breve, se compone de tres capítulos, con 167 párrafos y aproximadamente de 70 páginas.