“En el partido no hemos sido capaces de entender que el socialismo puede nutrirse del cristianismo”. Así lo ha mantenido hoy, 27 de octubre, el exministro y actual eurodiputado del PSOE, Ramón Jauregui, en la IV Convención de Cristianos Socialistas bajo el lema ‘La Europa de las personas: social y solidaria’ celebrada en el Colegio Mayor Chaminade de Madrid.
Jauregui ha comenzado su discurso recalcando “la laguna” que el PSOE “ha tenido y tiene” con los cristianos: “Hemos confundido Iglesia con religión y no hemos sido capaces de entender el cristianismo como una expresión más auténtica y radical del socialismo, fruto de quienes creen en la igualdad del ser humano por una interpretación lógica del Evangelio”.
Hace ya 25 años que la corriente de Cristianos Socialistas se creó dentro del partido, como ha puesto de manifiesto su coordinador federal, Juan Carlos Rodríguez. Y por eso, el eurodiputado socialista ha agradecido que la ejecutiva del partido esté presente en la convención, porque “la dirección nunca ha tenido en cuenta de verdad lo que significa el cristianismo dentro del partido, y lo lamento, porque llevamos 25 años tendiendo puentes con la ejecutiva”. Y ha pedido al partido que se abran al “cristianismo progresista”, ya que “estas corrientes siempre enriquecen”.
Jauregui fue uno de los impulsores del grupo, puesto que “tenía claro que el partido socialista, si no se abría a los cristianos estaba condenado a ser una minoría”, como ha explicado Rodríguez, que ha subrayado que “como cristianos, no vamos a dejar de poner a las personas más débiles en el centro de nuestras políticas”.
‘Retos en la construcción de la Europa del siglo XXI: los desafíos del comunismo y la xenofobia’. Bajo este título, Jauregui ha reflexionado sobre cómo poner las políticas de la Unión Europea al servicio del bien común. “La construcción europea ha sido un éxito, no podemos olvidarlo. Ha habido crisis, empezando por la económica y más recientemente, el Brexit, que ha sido utilizado por los gobiernos populistas para decir que se está mejor fuera que dentro”, ha indicado. Sin embargo, “el Brexit ha puesto de manifiesto que quien se va, se ahoga. Y Reino Unido tiene ahora una sociedad fracturada entre mayores pro Brexit y jóvenes europeístas”.
Sobre los populismos, el eurodiputado ha dejado claro que “Le Pen y La Lliga Norte son los enemigos de Europa”. “Italia ha cerrado los puertos para que haya gente que muera en el mar. Lo que Salvini no dice es que no existen las fronteras, porque hace muchos años que se abrieron para que pudieran circular bienes y servicios por todo el territorio europeo bajo el paraguas del acuerdo Schengen”.
Asimismo, “lo que Le Pen no dice es que el terrorismo viene del fracaso de la integración y no se soluciona con el cierre de fronteras”. Así, ha aseverado que la líder de la ultraderecha francesa consiguió en las últimas elecciones 10,5 millones de votos. “Esto significa que los progresistas hemos perdido la batalla de las ideas”. Al tiempo, ha aseverado que “solos no somos nada. Solo una Europa fuerte puede intentar regular el cambio climático, las redes, la política económica…”.
En el terreno económico, Jauregui puso de manifiesto que “todos los países de la UE están creciendo y todos crean empleo”. Por supuesto, “es un empleo ‘de mierda’, pero no es lo mismo que el país esté destruyendo empleo, así que no seamos irreales”, ha añadido.
En las políticas migratorias es donde se ha detenido para hacer hincapié en que “Europa tiene la cuestión migratoria por resolver”. Y ha dejado un mensaje a todos los presentes: “Quienes ponen en valor las raíces cristianas de Europa en el Parlamento Europeo, que yo los escucho, lo hacen para rechazar a los migrantes. ¿En base a qué cristianismo? Cuidado, porque se os está utilizando para reivindicar una Europa que no admite al diferente”.
Por último, se ha detenido en los grandes riesgos a los que tiene que enfrentarse Europa: una política económica que supere la brecha norte/sur, una política migratoria eficaz, puesto que necesitamos 50 millones de inmigrantes antes de 2050, la reaparición del neonacionalismo o un verdadero estado del bienestar, porque “la dignidad en el trabajo y la protección de las minorías nos unen a todas las izquierdas y esto se ha empobrecido en la UE”.