Reinhard Marx es una de las figuras más influyentes de la Iglesia europea. Arzobispo de Múnich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, es además miembro del Consejo de Cardenales, el grupo de 9 purpurados que asesoran al papa Francisco en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Curia Romana. Como otros 250 prelados de todo el mundo, Marx ha pasado el último mes en Roma para participar en el Sínodo de los Obispos sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, concluido el domingo 28 de octubre con la misa que el Pontífice ofició en la basílica de San Pedro del Vaticano, en la que pidió disculpas a los jóvenes porque los adultos no les escuchan suficientemente.
Las más de tres semanas de debates en la asamblea sinodal han dejado a Marx con buen sabor de boca, según comentó en un encuentro con periodistas alemanes. “Tengo una sensación muy positiva al final del Sínodo”, dijo, destacando que se debe “ser Iglesia en un modo diverso. Una Iglesia nueva, más transparente, más disponible al diálogo, más abierta”.
Podía haber “mejores formulaciones”
Pese a la satisfacción general por el documento final del Sínodo, el purpurado germano reconoció que algunos de sus puntos “podrían tener mejores formulaciones”. Consideró, no obstante, que se trataba de un trabajo complicado porque había que buscar un equilibrio entre las “diversas culturas y experiencias” presentes en la asamblea. “Al principio del Sínodo era escéptico, pero ahora miro el documento final y me parece muy bueno y creo que podemos seguir trabajando”, explicó.
“Está claro que si quiero caminar con los jóvenes debo cambiar algunas cosas para ser una Iglesia que, en modo sinodal, y esta es la palabra clave, camine con los otros. Es un camino sinodal que comenzó hace dos años y este Sínodo no es es el final”, dijo Marx, indicando que el documento ahora deberá ser aplicado a las diversas realidades locales. El texto, destacó, contiene “muchas indicaciones positivas” sobre la participación de los jóvenes en la Iglesia, el papel de la mujer y la apertura de la Iglesia a la realidad del mundo actual.
Durante una de las conferencias de prensa de los padres sinodales celebradas la semana pasada, el arzobispo de Múnich se mostró muy reivindicativo con la cuestión femenina y dijo que “seríamos insensatos si renunciáramos al potencial de las mujeres”, que deben ser incluidas “hoy y no mañana” en los “procesos de decisión” de la Iglesia.