“Los restos de Francisco Franco no pueden enterrarse en la cripta de la catedral de la Almudena porque podría convertirse en un nuevo lugar de enaltecimiento del dictador”. Son las palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, a su llegada a España de la audiencia que mantuvo ayer, 29 de octubre, con el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
En declaraciones a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso de los Diputados, Calvo ha dado cuenta de la entrevista que mantuvo con Parolin, con el que acordó que Gobierno e Iglesia intentarían “encontrar una salida” para inhumar los restos de Franco cuando sea exhumado del Valle de los Caídos, salida “que obviamente no puede ser La Almudena”.
Vigilar que no sea enaltecido
Calvo ha asegurado que el número dos del Papa entendió que “el Estado tiene la obligación de vigilar que el dictador no sea enaltecido en ningún punto de España donde pueda ser objeto de cualquier tipo de homenaje”. Y el Gobierno tendrá “instrumentos para cumplirlo”, ha afirmado.
La vicepresidenta sugirió además que la Iglesia está de acuerdo en que los restos de Franco no pueden terminar enterrados en la cripta de La Almudena. La número dos del Ejecutivo manifestó que el propio cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, dijo que “no les parece bien” que termine en La Almudena. “Y, en este sentido, lo que acordamos fue estar de manera conjunta, tanto el Gobierno como la Iglesia católica, para encontrar una salida que obviamente no puede ser la Almudena”, reiteró.