La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado, en la noche de ayer 31 de octubre, que se han encontrado unos restos óseos humanos durante unas obras de reforma en uno de los edificios de la Nunciatura de Italia ante el Vaticano. La delegación diplomática está al norte del centro de Roma, a pocos metros del parque de Villa Borghese, en el número 27 de la Via Po en el conocido palacio de Villa Giorgina. La embajada ocupa esta finca desde 1959.
El comunicado vaticano confirma que tras el hallazgo la Gendarmería Vaticana ha informa a la tanto a las autoridades vaticanas como a las italianas para poner en marcha la respectiva investigación que, por designación del Procurador Jefe de Roma Giuseppe Pignatone, está en manos de la Policía científica y un equipo de la Policía de Roma que serán los encargados de “establecer la edad, el seco y la fecha de la muerte” de los restos.
Según diferentes medios italianos, el hallazgo de estos huesos se produjo la tarde del pasado lunes, en una de las salas del sótano. Aunque el lugar está considerado como zona extraterritorial, las autoridades judiciales y policiales italianas han participado desde el primer momento.
Sin confirmación de las evidencias científicas, periódicos de gran difusión en Italia como Corriere della Sera, La Repubblica o La Stampa –así como el canal público de televisión Rai o en los canales informativos del grupo Mediaset– vinculan este cadáver con el caso Emanuela Orlandi, la ciudadana vaticana que desapareció en Roma el 22 de junio de 1983 cuando tenía 15 años. Las evidencia del ADN también se cotejarán también con la familia de Mirella Gregori, otra joven que desaparecía unos días después que Orlandi, según han confirmado fuentes de la Fiscalía italiana. Algo similar se hizo en 2012 con los restos humanos inhumados en una cripta de la basílica de San Apolinar –último lugar donde fue vista con vida Emanuela Orlandi– en la controvertida tumba del mafioso Renatino De Pedis.