Académicos de Colombia y Argentina analizan la incidencia de las iglesias en la esfera pública

  • Fidel Ramírez y Nicolás Panotto disertaron en Bogotá sobre los escenarios poselectorales y la participación de sectores católicos y evangélicos en la coyuntura política
  • Los especialistas defienden que algunos líderes religiosos han impulsado la expansión de un “modelo de chantaje” basado en el miedo, en medio de estos procesos democráticos

Académicos de Colombia y Argentina analizan la incidencia de las iglesias en la esfera pública

Con el objetivo de evaluar los escenarios políticos en Colombia y en América Latina, Nicolás Panotto (Argentina) y Fidel Ramírez (Colombia) –reconocidos académicos en áreas afines a las ciencias religiosas– estuvieron disertando en la ciudad de Bogotá en un conversatorio denominado “Análisis poselectoral en Colombia y la región en el marco de incidencia religiosa en el espacio público”.

El evento tuvo lugar el pasado 29 de octubre en la sede de Impact Hub, organizado por el Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP) y la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD), bajo el auspicio de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, KairEd y la Fundación Sentiido. Los especialistas abordaron temáticas diversas, a la luz del ecumenismo, como los modelos políticos en ascenso y algunas cuestiones coyunturales: la defensa de la vida, la diversidad sexual y el papel de las iglesias en los procesos políticos.

Las iglesias como actores sociales

Nicolás Panotto es un teólogo evangélico, fundador y director de GEMRIP, una organización que analiza la esfera de incidencia pública a la luz de la fe y las ciencias sociales, desde distintas vertientes. Además de licenciado en teología es magíster en antropología social y política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Argentina. 

Para Panotto “el hecho de que se proponga un Estado laico en gran parte de los países democráticos no implica que lo religioso sea un actor relevante en lo social. Ahí es donde se aplica la vinculación de lo religioso con la sociedad civil”.

En el marco de las relaciones sociales las iglesias cumplen un papel  importante. Tal es el caso específicamente de la iglesia católica en coyunturas políticas muy puntuales, como las de Nicaragua y Venezuela, en la que los obispos han tenido un rol en la denuncia y movilización social.

‘Voto castigo’

Frente a los casos de Brasil, Costa Rica y Colombia, donde se han creado matrices de opinión respecto a la incidencia del voto evangélico que, sobre la base del miedo, han sido determinantes para que grupos políticos de derecha lleguen al poder, el especialista argentino señaló que durante la segunda vuelta en Brasil las intenciones de votos, especialmente en el mundo evangélico “estuvo polarizada, pero primó más el ‘voto castigo’ hacia el PT (Partido de los Trabajadores)”.

“A veces lo que vemos en los medios de comunicación son los líderes, ciertos pastores, que no necesariamente cuentan con el apoyo de su propia iglesia. También hay una generalización con respecto a eso”, añadió Panotto, quien considera que hay desconocimiento en cuanto al mundo evangélico y se tiende a aplicar la matriz de análisis de lo católico a lo evangélico, cuando en este último hay una diversidad de corrientes y posiciones.

A finales de los 90 y principios del año 2000 con la crisis neoliberal y ascenso al poder del progresismo, “ahí en ese ese espacio de tensión política emergen de golpe las iglesias evangélicas como un agente que va a responder a esas tensiones”.

Poder, miedo y polarización

Fidel Ramírez, un docente e investigador de la Universidad Santo Tomás y la Universidad Sergio Arboleda de Colombia, es un teólogo católico especializado en teología contextual, inclusión educativa, estudios de género, diversidad sexual, pedagogía para la inclusión y didáctica de los derechos humanos. En su intervención advirtió que “la ideología de género es un ‘chivo expiatorio’ que han usado grupos político para generar miedo y mantener cuotas de poder”.

Además, añadió que “los medios de comunicación han jugado un papel en la polarización de los sectores religiosos, han utilizado la perspectiva amplia de los derechos para enfrentarlos y esto es peligrosísimo porque si algo tienen las iglesias es el compromiso con las libertades y el desarrollo de la dignidad humana en muchas sociedades”.

A juicio del académico “se coarta el discurso religioso para crear miedo e impotencia en ciertos sectores políticos y económicos como alternativa moral”. Precisamente desde estos sectores tanto evangélicos como católicos se presentan como alternativa moral “a esos enemigos a enfrentar” y es ahí cuando “estos sectores –doctrinalmente distantes– se unen plenamente”.

Argumentos y alternativas

El especialista denunció que en Colombia, durante el proceso electoral “se utilizaron argumentos donde los culpables son ciertos actores y fenómenos como la ideología de género, el castrochavismo, el conflicto armado, sin señalar las verdaderas causas estructurales como la inequidad y pobreza en todo el país”.

“Con base a una investigación que realizamos en toda Colombia el año pasado, especialmente en regiones donde no hay presencia del Estado, es donde están las iglesias evangélicas y las pequeñas jurisdicciones de la iglesia católica están haciendo presencia y dando esperanza”, aseveró Ramírez, explicando que “como estos grupos religiosos representan esa esperanza y alternativa para dar solución a sus problemas, la gente termina literalmente diciendo hay que votar por este candidato porque es la alternativa para poder subsistir”. 

“Literalmente la gente empieza a sentir que estamos a puertas de un enfrentamiento apocalíptico, en las regiones la gente está escuchando emisoras no solo protestantes, sino católicas donde anuncian que estamos en momentos apocalípticos que debemos unirnos, que quieren destrozar nuestra fe, entre otras cosas”, acotó el docente.

El investigador asegura que con todas estas situaciones “se genera la expansión de un modelo de chantaje, cuando en realidad estamos ahogándonos en un modelo económico sin alternativas, un Estado neoliberal que no responde a las necesidades la gente y unos políticos que no quieren atender esas necesidades, y es más fácil utilizar el discurso religioso y centrarlo en el temor”.

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