Francisco a los judios: “Un cristiano no puede ser antisemita”

  • En la audiencia con la Delegación de Rabinos durante el Congreso Mundial de Judíos de la Montaña del Cáucaso, el Papa ha señalado las “raíces comunes” y la “importancia del diálogo” entre ambas religiones
  • “La libertad religiosa es un bien supremo que debe protegerse”, ha dicho

Francisco, ante el monumento a las víctimas de los totalitarismos en Lituania/EFE

“Incluso hoy, lamentablemente, las actitudes antisemitas están presentes”, ha dicho el Papa en su audiencia con la Delegación de Rabinos durante el Congreso Mundial de Judíos de la Montaña del Cáucaso. Bergoglio ha apuntado, además, que “un cristiano no puede ser antisemita”, ya que las raíces de ambas religiones “son comunes”. “Juntos estamos llamados a comprometernos a que el antisemitismo sea prohibido por la comunidad humana”, aseveró el Papa.

Francisco ha señalado la importancia de la “amistad entre cristianos y judíos”, que es un impulso de “diálogo” entre ambas religiones. “Un diálogo”, ha dicho, “que en este momento estamos llamados a promover y expandir a nivel interreligioso, para el bien de la humanidad”.

Por otra parte, ha señalado que el diálogo es “el medio para dar lugar al amor donde hay odio y perdón donde hay ofensa”, ya que “hoy no es el momento de dar soluciones violentas y abruptas, sino de emprender procesos pacientes de reconciliación”.

“Sin una memoria viva no habrá futuro”

Francisco, rememorando su visita a Lituania el pasado mes de septiembre, ha recordado que “conmemorar el holocausto es necesario, porque en el pasado hay un recuerdo vivo”. “Sin una memoria viva no habrá futuro porque, si no aprendemos de las páginas más oscuras de la historia para no caer en los mismos errores, la dignidad humana seguirá siendo una letra muerta”, ha subrayado.

En esta línea, Francisco ha recordado “dos hechos trágicos”, el del “rodeo del gueto de Roma” y “cuando se destruyeron muchos lugares de culto judíos con la intención de erradicar lo que en el corazón del hombre y de un pueblo es absolutamente inviolable: la presencia del Creador”. “Cuando quisimos reemplazar al Dios bueno con la idolatría del poder y la ideología del odio, llegamos a la locura de exterminar a las criaturas”, añadió. Por lo tanto, “la libertad religiosa es un bien supremo que debe protegerse, un derecho humano fundamental, un baluarte contra los reclamos totalitarios”.

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